lunes, 25 de diciembre de 2006

En estas fechas tan señaladas

A mi casa no vino Papa Noel... quizás es porque está anulada la chimenea y no cabe, y por la de gas... como que no... el caso es que a mi casa no vino, y no dejé la puerta abierta (porque se escapa el gato...) porque hace frio estos dias en los que en León no pasamos de los 10 durante el día y por la noche nos marcan los termómetros menos seis grados... y mi abuela me decía que el frío le había echado para atrás, porque en su casa tampoco fué... y eso que acaba de retejar pa que no se resbale... pero ¿qué es seis bajo cero para Papa Noel? No la creí.

Con la cosa de que aquí vienen los Reyes, cosa de la que me alegro, ni Santa Claus ni Rudolph ni nadie pasó por mis casas de Navatejera o Villaobispo... qué mal...

Admiro a esa gente que recibe regalos el día de Navidad y en Reyes otra vez, porque hombre, siempre algo cae... qué lista es la gente... perdón, el Corte Inglés...

Si costaba imaginarse que unos reyes de Oriente llegaban a mi casa con la granja de Playmobil subida a un camello o dromedario, ¿cómo voy a pensar que llega un gordinflón volando en un carro tirado por renos sin alas? ¡Cuánta imaginación!

Minipunto para los Reyes.

Si luego me dicen que ese rechoncho vestido de rojo entra por todas las chimeneas sin mancharse de ollín, porque cuando le enfocan el día 25 en la tele, sigue de rojo... y los reyes por la terraza, y como son magos se ceban a comer caramelos...

Minipunto para el equipo de los Reyes.

Y en este mundo de la educación en el que me hallo y ya que éste año celebro que acabé la carrera en 2006 y soy diplomado universitario, esperando a ejercer como profesor en algún colegio, escuela, o lugar donde se imparta clase, veo que al trabajar en equipo se consiguen más cosas que alguien que trata de hacerlo por sí mismo colgándose las medallas de no llegar a todas las casas, porque como dije, algo cae en Reyes... pero en Navidad no siempre... así que con ésto, ¡minipunto y punto para los Reyes! No cambiéis nunca, aquí teneis a un fiel seguidor vuestro. Un abrazo.

martes, 19 de diciembre de 2006

Aegee-Training Course en Madrid

Hacía frío, había niebla, al coche le tocaba el cambio de aceite… pero era un fin de semana con gente de Aegee de toda la región… ¡Monta en el coche Carlos, que vamos que nos vamos, au au au au au!!

Además de que llegamos en un pis pas, porque esta yegua no es mi vieja yegua gris, cabe resaltar la parada con el Papa Noel de la estación de servicio, y el del Peaje Toll…curioso…toll… pero bueno, primero cogí los caramelos y luego cuando iba a arrancar me acordé… miré a la señora de la ventanilla, y la dije “qué hay que hacer, pagar… o…” jeje.

Una vez llegados a Madrid, nos fuimos reencontrando con antiguos amigos de borracheras pasadas, todos ellos de Aegee de las diferentes sedes en España, un holandés y un par de ellos de Oporto. Pagamos, y ale, al supermercao del Corte Inglés de Princesa, que a todos nos suena porque lo tenemos en las etiquetas de alguna prenda… y al Kebab… qué chungo es pedir un kebab… más chungo que pedir un McMenú, porque la gente lo quiere sin salsa, sin cebolla, no de pollo, sino de carne… qué curioso…

La fiesta estuvo chu chu chuli, tanto un día como el otro… apenas recuerdo nada, sólo el Chamán y… y… bueno, por eso pasaré a contar que la mañana del sábado fue de lo más entretenida, con charlas para aprender sobre diferentes funciones de Aegee… no sólo a bailar descoordinadamente, saltar a una comba imaginaria, hacer una carrera de sacos sin saco, otra de pingüino con rotura de pantalón… pero la tarde si que fue entretenida, con caso práctico, creando sedes ficticias de Aegee, preparando un evento, repartiendo cargos… Y luego a prepararse y fiesta de nuevo. Ésta vez en un pub algo piji, pero allí todos lo pasamos genial, qué buen sitio!! Ale, vuelta para casa haciendo el gamba en el metro… ¡qué sueño!

Y el domingo, cuando todos estábamos muertitos, más charlitas, unas pizzas que desaparecieron ante la hambruna del respetable, y la despedida prometiéndonos volver a realizar cursos de este estilo, hacer actividades con los socios de cada sede hacia nuestras tierras y ciudades, mucha pena de haber terminado un gran fin de semana, pero alegría y satisfacción de haberlo pasado genial, haciendo amigos, aprendiendo, no sólo la historia del castillo de Alicante, sino con la sensación de que todo servía para algo y de que la intensidad de todo lo hecho mereció la pena.

Gracias al Staff, grupo organizador, a los participantes. Todos hicimos que éste fin de semana, fuese el fin de semana del castor. ¡Grande Aegee!

martes, 12 de diciembre de 2006

Qué bonito puede ser el fútbol

Una tarde de domingo, tarde habitual en ésto. Sientes desilusión porque otra vez te quedas apartado, sentado. Pasando frío sin poder colaborar más que gritando. Pero tienes a otro compañero, a otro amigo que corre la misma suerte que tú. Él también pasa frío. Pero mientras tirita juega sentado con un balón de recambio. Tienes la sudadera puesta, y el pantalón del chandal si hace falta, y si has tenido suerte, verás el partido, porque te olías el quedarte de nuevo en el banquillo y las tragiste las gafas en vez de dejarlas en el vestuario. Tienes frío. Ves a los pocos espectadores correr la misma suerte que tú, pero ellos vienen a ver el partido. Tú a jugarlo. Pero ellos comen pipas, y camuflan la tiritera con eso. Pero tus dientes no paran de chirriar... Y uno cero. Así no saldrás nunca. Y en cinco minutos el segundo. Ya date por perdido. Esa tarde habrás comido a la carrera, habrás pasado mucho frío, y encima habrás visto a tu equipo perder. Aplaudes. Das animos a tus compañeros. Les ves rojos, acalorados. Cansados. No pueden hacer más, parece que el barro los impide moverse... Y no hay medio campo, solo un fango monumental que parece atraer a los rivales y embadurnase a mis compañeros. El balón siempre se queda... Fin de la primera parte.

Te pones a calentar un poquito, los dedos de los pies se rompen en cada golpeo al balón. Te manchas el chandal, porque estás calentando con él. Maldita sea, empieza a llover. El árbitro pita. Comienza la segunda parte.
Corres bajo el banquillo. Ya no te apetecería jugar, el tiempo cada vez está peor, pero piensas que estás inspirado, que hoy puede ser tu día. Y el entrenador te mira, te ve con ganas. Te dice: "Calienta que sales". Y te quitas el pantalón, te quitas la sudadera, notas las gotas de lluvia en las piernas, en la camiseta. Y se pide el cambio. Te dice, "ponte en el medio del campo", horror, en pleno barrizal. Chocas las manos a tu compañero que sale medio cojo de una patada... ¿qué más se puede pedir?
Primer balón que tocas, primer balón que se te queda en el barro a medio camino del destino. Ésto va a ser duro. Gritos del entrenador para que espabiles. ¡Coñe, estás frio aún! Pero bueno, parece que te haces con el control del medio del campo, de ese lodazal que en buena patada bien saliera un cerdo... Los siguientes saques de puerta y pases ya son todos tuyos. Y en un pase, le dejas solo a tu delantero que marca el 1-2. ¡Es que encima jugamos en casa!
Quedan como diez minutos o así, y uno de tu equipo hace una entrada monumental a un rival. ¡Salvaje! Uno menos, bueno, dos... Yo también lo hubiese expulsado...
En pleno diluvio y pensamiento de "esto no hay Dios que lo remedie" tenemos corner. Los defensas lo despejan, te queda petado el balón en pleno charco algo más allá del borde del área y no sé por qué tu madre te sigue hablando pero te metes en el charco y te sale un tiro que pega en el larguero y entra... gol de los de la tele... has empatado... ¡¡has empatado!!
Animas al equipo, los aficionados que pese a tener paraguas tienen los bajos de los pantalones llenos de cáscaras de pipas pegadas en la humedad, te animan, te gritan. El árbitro dice antes de sacar que 2 minutos y pita. Él también está cansado, mojado, embarrado.
Sacan de medio campo, se les queda el balón petado, lo coge un compañero, que pasa para la banda, que parece que hay hierba y todo... El chaval corre exhausto, llega a linea de fondo pero pasa, y cual delantero, empalmas una volea que bien pudiera irse si tiras más veces a las gradas o a los prados, pero no. Tienes la suerte de cara y has marcado el tercer gol. ¡Has dado la victoria a tu equipo! El árbitro pitará dos veces, y nada más que saquen pitará tres veces porque así había dicho... qué bonito es el fútbol, y qué sensación te queda cuando has sido el revulsivo que buscaba tu entrenador enseñándole y haciéndole pensar para la próxima jornada que tú debes ser titular... ¡¡Qué tarde más cálida bajo la lluvia y entre el barro!!

lunes, 11 de diciembre de 2006

25º Aniversario

Fué el Martes día 5, pero todos lo celebramos al día siguiente, el Miércoles. El día que no llovió de todo éste puente de la Constitución Española. Y la mañana estaba agitada, no de tiempo, pero si de ambiente dentro de casa, para aquí esto, para allí lo otro. "Vete tu a buscar a tu tía que nosotros llevamos a tu abuela..." Qué curioso es cuando vas a la "boda de tus padres". Tal y como suena no es la cosa, hay que aclararlo todo, pero ellos lo quisieron celebrar con los más próximos, y quienes estaban por aquí y sin ir a Navatejera hacía 25 años. No hubo misa, ni acto solemne, pero si un intercambio de anillos que ellos mismos eligieron días antes y ellos mismos decidieron grabar con el día y el aniversario, y así intercambiar el nombre de uno al otro y viceversa, similar a aquellos de "más que ayer pero menos que mañana". Comimos, charlamos, reimos y seguimos comiendo, bebiendo, comimos más y más, y antes debió nublarse la vista por lo ingerido que por lo bebido, pues todo estaba perfecto y rico. Partieron la tarta, juntos, con una espada, como manda la tradición, y con lágrimas en los ojos de tías y abuela se nos oía gritar ¡Vivan los novios! y brindamos por seguir así de bien otros tantos años en éste Mundo, que si no sabemos lo que nos deparará, si que nos deja a dos personas, mi padre y mi madre, habiendo cumplido 25 años de casados, y alguno más como novios, juntos, unidos, enamorados. ¡Felicidades papis, y a por las de Oro!

lunes, 4 de diciembre de 2006

Reverte, Marías y Gamoneda

"Dijo no hace mucho mi vecino Marías..." Pues así empieza o empezaba... ¡no! empieza, que aún permanece escrito por algunos lugares, un comentario de texto que comentamos una y otra vez en Literatura en el Colegio. Era un texto al azar, de recorte de periódico, y era del creador de Alatriste y la agrupación de personajes históricos en unas gradas madrileñas. Sí Carlota, sí, co-creadora del primer libro de la saga del Capitán más español de los últimos años... ¡más incluso que el Trueno!
Pues era éste nuestro personaje, su personaje, un hombre que al parecer luchó en Flandes, y no sabemos si bien o no, aparece retratado en el cuadro de "las Lanzas", vulgarmente conocido a la "Rendición de Breda" y allí, tras el pompis del caballo, ese que lucha en escorzo con el que lo visualiza, en esa sala del Museo del Prado, tras horas y horas sentado en los bancos de madera enfrente suyo, dice el vecino de Marías que está el viejo tercio de Flandes, Diego Alatriste. Y todo puede ser, porque en esta vida nos regimos por creencias, pero en esas gradas que cité ya antes, estaba un jovencito sevillano, entre Lope y Quevedo, entre doctores y creídos, y éste chaval, que al parecer fué pintor de Corte, y con un primero como da Silva, y un segundo como Velazquez, todos estamos ya ubicados de quién se trata. Pero no quiero desviarme de éste nuestro "Aragorn cazurro", de la película creada a partir del libro... una película que si bien aguanta bien en las retinas de la gente, da disparidad de opiniones, por lenta, por rápida, por unir cinco libros, oiga, cinco en una misma cinta, y no dejar algo suelto para una secuela habitual en éstos temas... Y no sé si fué acierto, o fué derrota del director, en confiar a éste soldado la imagen de Viggo Mortensen, rey de la Tierra Media, y predilecto de Tolkien, pero el extranjero interpreta un papel que ya antes de hacerlo iba a responder a grandes críticas, pero que tras el rodaje lo deja como "un venido de fuera" que lleva a León más en el corazón que muchos que luchan por la rebelión del Reino Lliunés, ese de León, Zamora, Salamanca...
Por eso, y pese a que empecé hablando de un texto de Reverte, que hablaba de su vecino Luís Marías, y escuchando todo lo acontecido en los últimos días con el mundo literario, hoy quise dedicar mi texto a la literatura, citando León, felicitando a Gamoneda, uno de casa. Enhorabuena.