lunes, 24 de septiembre de 2007

Fe de erratas

Supongo que cuando escribes algo, va a quedar por ahí almacenado en alguna carpeta, en algún cajón entre facturas y folletos de publicidad que jamás te atreves a tirar sin saber por qué… No se sabes de la difusión de tus palabras y si en un futuro te ayudarán o te harán daño, piensas sólo en hacer el bien, y jamás molestar, aunque a veces te arrepientas. Supongo que cuando escribes algo, alguien más que tú lo lee, y más cuando escribes en el ordenador y lo publicas en un blog. Es en este tipo de formato de libro fasciculado de lectura en pantalla, en el que, después de llevar un tiempo escribiendo, echas la vista atrás por recordar viejas hazañas, o viejos escritos con un solo click, te encuentras auténticas tonterías, y verdaderas frases que jamás pensaste decir. Encuentras algún comentario que ya habías olvidado, y buscas la manera de responderlo de alguna forma, y que el interesado lo lea. No sabes cómo, aquel comentario ya está descatalogado… Otras veces, alguien te hará referencia a unos y otros artículos, y te gusta escuchar halagos y críticas, más críticas que halagos, por cambiar y por mejorar. Eres un tonto que busca su propio error, que enreda sus frases por hacer más compleja su lectura, amén de saber que tu chica no va a entender todo lo que pones, y que buscas metáforas, citas que recuerdas, frases medio hechas, palabras que lo dicen todo… Te sorprendes a veces de cuán lejos llegan tus palabras, y lo que dan de si tus teorías y pensamientos. Piensas seguir en esa línea, porque esa línea te ha llevado hasta aquí, pero buscas que alguien más te lea, te saboree, te exprima y te enseñe a escribir. Aún eres sólo un principiante.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Misa en un hotel

Leí, del bueno de Buridán, ese que me hace leer sin pasar páginas y sentirme como que no he leído un libro, sin fardar de almacenar en la alborotada estantería, origen de trifulcas con mi madre, que dieron misa en un hotel. Lo leí de nuevo. No es que fuera yo un cura, ni muy católico, ni muy ortodoxo (a saber lo que trae la vida), sino del montón tirando a alto. De los que iban a misa y cantaban. De los que se les ponían pelos de punta con el tocar de las guitarras en el colegio, cuando cantaba aquella moza a la que dedicabas los goles, y a la que guiñabas el ojo para llamarla guapa (pero sin mediar palabra). Eras de esos a los que de haber seguido por esas vías, asistirían a misa sin tener que ser en bodas, bautizos, comuniones o funerales… Allí estarías sin bostezar, y sin mirar el reloj o móvil, buscando una llamada perdida, o un mensaje que te animase del sermón. Y esto sería si tu vida se guiase por los senderos por donde la encauzaste, y de donde te sacó en Julio un cura, qué curioso, jesuitas llevando la verdad en tiempos de los colonos, y desechando lo que tienen en casa... Y no por haber un garbanzo malo, todo el cocido iría al garete, sino que sigues teniendo en buena estima todo lo aprendido con ellos, pero ¿qué curioso verdad? Ahora te preguntas si Dios existe de verdad… Un profesor cura te dijo y te dio razones en un colegio de curas, en clase, de que no, de que no existiría un Dios que hiciese sufrir a los niños… bueno, él y Camus… Ahora eso mismo lo dijo Bart Simpson (Aquel que quiso ser el centro de atención, pero que la gloria llevósela el padre… me suena…). Pero es que de aquella te lo planteaste y todo, y hasta llegaste a leer algo de Marx por cuenta propia, que cuando te lo explicaron en C.O.U. ya supiste. Hombre alienado… Necesidad de algo superior…
Sabes que necesitan curas, y que la vida religiosa va de mal en peor. Los años grandes y las leyes de Mendizábal lo dejaron tan mal, que hasta recurren a la declaración de la renta por conseguir algo más. Una cruz que los de unos diezmos. Una retirada de la sopa boba, con el cartel de cerrado sin sopa ya… Una vez comentó Vytautas las grandiosidades del Vaticano, y de las riquezas allí almacenadas. ¿No sería justa una venta de esos bienes y una entrega de quienes más lo necesitan? O una parte por lo menos… Tanta pompa que acaba poco a poco con la credibilidad de los fieles, que ven como su cura, va de pueblo en pueblo, por dar misa y dar el cuerpo de Cristo. Emborrachándose en cada plegaria, y conduciendo embriagado por ese aroma de la sangre de Cristo, como a ese que ya le pararon y lo multaron pese a alegar ser cura en varios pueblos. Ahora sólo queda esperar, que las misas se pongan de moda en los hoteles, y se abandonen las iglesias, el patrimonio de toda la vida, para sellar y olvidar, que allí hubo una iglesia, de una tierra que fue católica.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Desbarajustes estudiantiles

Cuando parece que todo te ha salido mal, que no ha salido una al derechas, que parece que has estado toda la vida haciendo algo interesante para lograr un fin, y alguien te corta repentinamente el ascenso y te queda en los labios ese sabor de boca tan ansiado de un puesto laboral mejor, o un puesto más alto en la escala de un fin, no tienes más que cerrar los ojos y gritar para tus adentros buscando una respuesta. ¿Qué has hecho mal? ¿Por qué a unos se les trata mejor que a otros? Mundo eléctrico éste de los enchufes… Qué le vamos a hacer amigo… Otra vez será. El caso es que ahora, que más o menos había decidido lo uno y lo otro, me encuentro con la negativa de plaza para estudiar. Y sólo quiero una modalidad a distancia. Pues señores, Oviedo y Salamanca colapsadas… A buscar en otras Universidades menos llamativas y luchar por no quedarme fuera y poder estudiar. Qué curioso… En ciertos países, véase Dinamarca, por poner un ejemplo, se paga a los estudiantes por estudiar, y nosotros, que tenemos que pagar nosotros mismos, no tenemos a veces plazas para hacer lo que queremos… Desbarajustes de gobiernos alternados por una u otra razón que dejan ahora en cuatro los suspensos por promocionar a un último curso de colegio. Conseguir alegrar a los alumnos será la razón, porque un colapso mayor que el de las Universidades será el de ver a los alumnos con asignaturas de primero, y de segundo, jugando unos futbolines y por la calle fumando unos apuntes, mientras un profesor piensa que el que falta está en segundo, y el de segundo, que está en primero. Esto no es lo que era.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Ainoa se fue

Una fabada te dejó pletórico. Augurabas una buena tarde y no hiciste más que llegar a la playa, tumbarte sin que la crema hubiese empezado a penetrar pese a los meneos de tu madre, y ya estabas dormido. Habías estado de fiesta. Claro que si, se te veía en la cara. Una de esas despedidas que tanto odias pero que son inevitables en éste pueblo cazurro. Todos emigran a la capital o a otros países. Ahora marchaba Ainoa. Saliste con la gente de AEGEE, esa gente encargada de los Erasmus en León, y si, pronto cogisteis ritmo en los bares de tapas. Ya se sabe, en León, un corto y una tapa. Otro corto y otra tapa. Unos cuantos más, piripi y cenado, pero piripi, no lo dudes. Ella era vegetariana, con lo cual canjeó aquellas tapas de jamón por un tequila. Venga, que hay bote. Y otros tomaron margaritas y algo como petit suise desechos en vasos de chupitos… Un asco que pensaste no subiría, pero allá unos minutejos y vacilabas con alguna moza en la Plaza del Conde Luna. En la siguiente parada, los cortos y chupitos pasaron a ser cachis, de abundante no se qué que te torturaba como “perderte” a Shakira. Luego al agobio de la multitud. A una marabunta de extranjeros, saltando, botando con cada canción, tomándote una copa con dos amigos, y por no ser agarrados, corrió la ronda. A cada trago pensaste que no podías más, pero si que podías. Algunas se te acercaron, mira que sabe la gente lo tuyo en Grecia, pero estas nuevas se acercaban pidiendo marcha, y al decir que estabas ocupado por una helena, buscaron alrededor a ver si la veían, y al comprender que no estaba, más se acercaron, pero con un gesto, niño, con un guiño sujetando la copaza, señalaste el corazón y susurraste “Ella está aquí”. Eso te vale una sonrisa. Un te quiero que cuando veas canjearás, pero que ahora de momento, te sirve para sonreír y ser felíz.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Se fué

Hacía un tiempo que se encontraba mal. Parecía que estaba “ido”. Su cuerpo estaba con nosotros, pero su mente parecía abstraída en esos mundos que sólo caben en su imaginación. Más que nunca aparentaba locura. Sus actos extraños, sus gestos, su mirada perdida en el horizonte, en un mismo elemento, y un sin fin de acciones que nadie esperaba… Tenía “titulitis”, o eso dijo el médico. “Es un trastorno por querer hacer algo y no poder”. Decía que el paciente era capaz de actuar perfectamente en labores diversas, pero había algo que se lo impedía. Decía después su familia que era del estrés. Sus amigos, por no tener novia. Pero nadie acertaba. Quizás el médico, uno de esos doctores de las españas, con bata blanca inmaculada que se pasean cerca de quirófano sin saber caligrafía con unas sandalias blancas con agujeritos, fuera uno de los que más se acercaron. Nadie lo supo nunca. Nadie lo ha encontrado aún. Dejó cosas muy valiosas en casa. Unos libros y una maleta, que según su madre no iría llena, lo acompañarían a su destino. Y sin mediar palabra, si decirnos adiós, un buen día, desapareció. Algunos dicen que se fue a hacer las Américas, porque escuchó que alguien de su familia fue antaño y allí se forró. Otros dijeron que se fue a algún país del este, donde podía trabajar perfectamente sin requisitos. Yo sé que está cerca del Cielo, muy cerca de los humanos. Se fue allí porque realmente era donde lo necesitaban. Había intentado ser persona aquí, con nosotros, pero su vida estaba allí, ayudando a quienes lo necesitaban. No se en qué país. No sé en qué provincia. Ni si quiera se la tribu, ni lo que estará viendo por allí. Pero seguro que lejos de éste mundo, estará ayudando a un niño.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Tu vida cambia

Hubo un tiempo en el que estabas deseando acabar los estudios. Hubo un tiempo en el que no sabrías vivir fuera de León. Todo era precioso. No había nada mejor que esto, ni lo habrá jamás. Cada cosa tiene su encanto (algunas lo tienen muy profundo, tanto tanto, que cuesta hasta apreciarlos). Por eso no te acercas. Estas ciego. Por eso quizas no ves. (Eres un Rey que perdió su Reino. Te pareces a Ordoño IX). No sabes lo que hay fuera. No entiendes que haya vida en el exterior y llegas a pensar que tu vida es un “Show de Truman”. Vagas entre estudios vagos, perezoso de acabarlos, de hacer aquello que te gusta, pero que la compañía te ataja, y te encuentras con un papel colorido que te lleva por cuatro reales a mundos de enciclopedia, de fantasía. Sin apreciarlo lo abandonas, como tu suerte, apilado sin rigor en el montón de los papeles. En la pila incendiaria del Quijote. En el sitio donde cae lo malo, que no te gusta. Publicidad y reclamo colorista, que ni sirve para prender, ni se ve grande para apartar aceite de frituras en la cocina. Ahí lo dejas. Tu destino se va perfilando, y una luz te enseña el camino, y sin saber por qué, aplicas engañado a un destino que dicen bueno pero que ni sabes dónde está, ni sabes si aún sigue en guerra. Asustas a tus padres. La familia bromea con postre de frutas. Esperas un tiempo asustado de no entender por qué te vas, y por qué vas sólo, y además a este lugar. Qué desastre. No volverás vivo. Un día lees un correo y te han aceptado. Vas a cogerte el avión y vas a aterrizar en tierras del Este. Tu vida habrá cambiado. Para siempre.