domingo, 28 de octubre de 2007

Tintín en el Congo

Quiero escribir sobre Tintín, porque leí una noticia con un toque de racismo en las viñetas. Al parecer, Hergé, el autor, que se puso Hergé por la pronunciación francesa de sus iniviales al revés, Georges Remi, dibujó en su segundo tebeo, “Tintín en el Congo”, unas cuantas faltas que ahora los gabachos critican. Decía el artículo que ya desde el principio tuvo sus problemas, tratando a los personajes de raza negra inferiores y diferentes. Situan al dueño de Milú por encima de los demás, y por si fuera poco, los que nos tiran las cosechas en la frontera pirenáica atacan el hecho de las cacerías de Tintín y del maltrato a los animales. No lo sé. De éste tipo de tebeos sólo tengo tres y ninguno es el criticado. Lo más, un puzzle en casa de mi abuela con la portada del libro. Leí, por contrastar y no hacer caso de una sola opinión, que el autor analizó las primeras críticas allá en la década de los 30, exculpándose al no conocer aquellas tierras y reflejar lo que se oía por entonces. Recuerdo en clase de C.O.U., las explicaciones de la ocupación africana, y las praderas que tenía el Rey de Bélgica, Leopoldo II, aún me acuerdo, en un país llamado Congo, y que a título propio, se pasó a denominar Congo Belga a una colonia modelo, a donde su propia administración llevó las escuelas, hospitales y demás bienes, y situando la capital en la actual Kinshasa, que antes fue Leopoldville y Leopoldstad. El pobre Tintín tiene ahora la culpa de esas cosas… Pobre… Que se vaya defendiendo ahora de su viaje al “País de los Soviets”…

sábado, 27 de octubre de 2007

Los Príncipe de Asturias

Estas jugando en el ordenador. Es curioso, no dentro, sino con él. Un juego de esos de conquistas y de creación de ciudades, pero en su primera edición, donde los gráficos no son de píxeles cuadrados como puños, pero ya se sabe que casi todo lo anterior fue mejor... Además aprendes de historia. Los asirios te están atacando y no tienes, tú, persa por elección aleatoria del ordenador (tu rival) más que elefantes. Ya hiciste una intentona anterior (en tierras de los romanos) por conseguir oro, tan necesario para la creación de hoplitas y cuerpos de academia. Pero en el juego los romanos ya eran los romanos y te dieron lo tuyo por atacarles unas minas que defendían como las Médulas de León. A la voz de tu madre por ir a sentarte junto a ella un rato y ver una vez más Oviedo, pero ésta vez por la tele y sentirte bien porque conoces esas calles, esa avenida, esa estatua, grabas el momento del juego. Seguirás adelante. Ves la tele. Tratas de explicar a tu madre cosas de Grecia en referencia a la Reina y a unos supervivientes griegos del holocausto nazi. Españoles no había. Bastante teníamos para nosotros, y además, el nuevo Dictador era primo de ideología similar a la del alemán. Te gusta saber el recorrido del coche desde el hotel Reconquista, bajando por Uría hasta cerca del culo, donde se entregan los Premios. Buscas entre la multitud, buscando a algún curioso conocido o a un Buridán escapado del trabajo por un momento, que escribirá unas líneas, seguro. Sigues de cotilleo con tu madre. Que si vaya rollo del director, que si una charla de uno y otro. Se te está viniendo la tropa asiria encima… Miras la tele, pero ya sabes cómo defenderte del ataque. La pompa con que todo se viste en Oviedo este día te asombra, pero no mucho, porque ves en Oviedo una ciudad elegante, limpia y de buena gente. En cierto punto, en una de las muchas charlas de agradecimiento, decides que ya no aguantas más. No hay pipas, tu madre ha cambiado varias veces a otro canal como insinuándote que hay otras cosas interesantes para ella, así que bostezas dices el típico “bueno” y vas a sentarte en tu silla, delante de una pantalla, para ver cómo se aporrean unos elefantes y unos guerreros con lanza pretendiendo dominar el Mundo, sin saber si, que curioso, el que pudo pero no fue Presidente de Estados Unidos colgará el diploma de “los Principe de Asturias” (y me vale la raya roja en esa frase) en la pared de su salón.

martes, 23 de octubre de 2007

Ordem e Progresso

Podría ser un encuentro sectario, podrían venir los guardias en tiempos de dictadura y desplazarnos con fusiles y porrazos al medio del monte, porque es que estábamos en lo más sano, entre vacas y casas de piedra, pero más bien esto fue una reunión de amigos, en tiempo de paz, ya que hace tiempo que veo al rey boca arriba, y bajo el nombre de AEGEE, trabajan voluntariamente para ayudar a los extranjeros que vienen a estudiar a España, y a promover una Europa sin fronteras, sin barreras.Varios de nosotros habíamos ya acudido a alguna de éstas reuniones de Portugal, España y sur de Francia, pero todas y cada una de las setenta personas que allí estábamos íbamos a Solórzano, cerca de Solares, capital del agua de Santander, con una motivación diferente. Unos a conocer a gente, otros a pasar el rato. Otros eran organizadores, y otros iban a cantar por ser nueva sede (Enhorabuena AEGEE-Coruña). Unos llevaban el maletero lleno de sidra y otros simplemente comían, dormían y paseaban la moña. Yo fui con la idea de aprender, y de enseñar. No soy nuevo en esto, pero no todo se sabe. Me gusta escuchar a gente como Juan, Virginia, Txema… Esa gente que lleva más tiempo, y que saben responder a cualquier pregunta de la Asociación. Me gustó y me sentí arropado cuando apostaron por mi para dar una charla. Me sentí importante. Me di cuenta de que he espabilado en la Asociación y la gente lo ve. Sentí después de esto, que la gente tiene ganas de aprender, de hacer cosas. Comprendí que la nuestra de León, es la más activa, y que el “orden e progresso” que nos define, escuchado en voz de Joao el de Porto, es increíble. Allí delante, resumiendo el trabajo de la tarde del Sábado, no sólo oído, sino escuchado, entendí que ahora estoy más del otro lado, que estoy en el lado de los que tienen que dar la cara, de los que tienen que cargar con el aprendizaje de los demás. Punto clave fué la presentación de los proyectos de AEGEE-León, en el vídeo promocional… Y por supuesto, el Domingo por la mañana, en la charla final, en aquel probador improvisado entre sesenta o setenta personas legañosas, a las que pude arrancar unas cuantas carcajadas diciendo verdades como puños, como un transcurrir de la gente por la asociación con el cual muchos se vieron identificados, pero que nadie se para a pensar en ésta vida tan ajetreada, donde las cosas vienen, se solapan, como capas y capas de camisetas, cual cebollas, llorando en cada despedida por esa gente que vas guardando en la memoria, con la que vas aprendiendo, con la que esperas la venida de la nave... con la que vas progresando…

domingo, 21 de octubre de 2007

Dios lo quiere

Hoy viene fuerte la prensa episcopal. Al parecer, Benedicto XVI, el Papa de los sombreros y cascos civiles, se ha reunido éste fin de semana con unos sacerdotes católicos, rabinos, ayatolás, que son los más altos poderes del mundo Chií… patriarcas, que son los descendientes de los doce hijos de Jacob, y zoroástricos, que hace años lo eran la mayoría de los persas, y ha comentado varias cosas que mi mente no alcanza a comprender. No sé si es que últimamente todo lo que se viste de sotana me cause réplica en mis discursos, pero decir que “las religiones nunca deben convertirse en un vehículo para el odio” me causa estrabismo mental. No hace más de dos días, me acerqué al mercado del libro usado, de segunda mano y algún chollo, típico mercado que plantan en León varias veces al año, y al que temo. Ésta vez cayeron seis libros. Sólo. Y uno de ellos, quizás el menos novelesco y más informativo, en ese afán de aprender por mi mismo (cual Miguel Hernández, sin poder estudiar y sin ovejas) ya que el saber no ocupa lugar, llevaba por título “Las Cruzadas. 200 años de guerra por la fe”, de Sergio Gaut Vel Hartman. Diré que aún no empecé a leerlo, ya que el fin de semana me llevó a tierras Cántabras, tierras de Júbilo, y las andanzas y desventuras del que escribe lo ocuparon las 24 horas. Pero viendo hoy esto, creo que significará que hoy, el cartón de marcar página, caerá en él. Unas guerras impulsadas por el Papado. Un afán de reconquistar territorios que perdieron a manos de musulmanes de Siria, Palestina y Turquía, que a día de hoy está calentita, benditos los aegeeros al Ágora de Eskisehir. Un sentimiento de expansión guiado por los papas, por la religión en un intento de expansión tras la caída del Imperio Romano de Occidente. Un antecedente del colonialismo europeo en América y un sin fin de enfrentamientos, guerras, combates, muertes, desgracias, masacres y alianzas, que no dieron al viejo continente más que una falsa unidad de nobles y caballeros tras el espejo de un deseo, un objetivo: Trasladar la fe a la Jerusalem ocupada “porque Dios lo quiere”.

jueves, 18 de octubre de 2007

Caminando por la vida

Esta semana estamos siendo más atormentados por la Formula Uno que quizás nunca antes en España. Cierto es que desde que Alonso ocupa las primeras plazas y gana los mundiales como Nadal los partidos, toda la gente se ha vuelto experta en saber de automovilismo. Poco se oía antes de éste deporte en España. Lejos quedaba la Fórmula Uno, porque nadie de los españoles estaba en la parrilla. Recuerdo aquellas veces que Gené o de la Rosa conseguían acabar la carrera, y la columna informativa de los periódicos sobre éste deporte pasaba a ser media página cuando un jovencísimo Alonso conseguía puntuar… Lo mismo pasa en el tenis. Todos escuchamos sobre Nadal, que juega y que gana, hoy en Tokio, mañana en Madrid, pero apenas nos damos cuenta de que hay otros como Robredo, Almagro, Ferrero… Aquí el que no gana no tiene publicidad, y apenas tenemos noticias. El tenis vende y el automovilismo más. No sabemos del que camina, y el que no corre, vuela… Qué rápido va la vida, y eso que un compañero de Alonso, uno que se hace llamar Melendi, y que seguramente se liase porros en el patio del colegio mientras Fernando jugaba a fútbol, dice haciéndose famoso que va caminando por la vida… que se lo digan a la familia de turcos encontrados hace unos meses o a los iraquíes de ahora… eso si que es estilo. Para caminar y que la gente sepa de ti, hay que hacerlo a cuatro patas.

lunes, 15 de octubre de 2007

Cerrado por traslado

Se quejaban los unos de que les habían robado parte de su tesoro y patrimonio. Se quejaban mucho, porque unos extranjeros llegaron allí un día, cargaron sus mochilas y se lo llevaron para encerrarlo en un museo, lejos, frío, apartado de donde debía de estar. Se quejaron porque no se lo devolvieron cuando lo pidieron, y aún seguían hace unos días con sus lamentos. Se quejaban los otros del malestar de los primeros porque les habían quitado eso para guardarlo, para conservarlo. Los segundos se encargaron de trasladarlo, de cuidarlo, de mantenerlo, y de hacer ver al mundo lo que hubo allí un día, aunque ahora estuviese fuera de lugar, y fuera de las siete maravillas. Se quejaban los griegos de nuevo, porque les habían quitado su tesoro más valioso, sus piedras y tesoros de esta su colina, de esta su Acrópolis. Se quejaban los ingleses por el descuido y deterioro de sus piezas, y se enfrentaban los unos y otros por el hurto, y las alegaciones del mantenimiento fuera del caos. (Zeus encerró a los titanes en el Tártaro, acabando también con el caos). Los ingleses pidieron un museo acorde al buen y sano mantenimiento de las piezas, y los griegos lo hicieron. Ahora los anglicanos dicen que no les dan sus tesoros, y los ortodoxos mueven ficha y llevan sus reliquias trescientos metros, (válgame el número en consonancia griega) debajo de la colina, a un museo diseñado por un suizo, que si bien alega ser de los más seguros y novedosos, su nombre no presagia seguridad, Bernard Tsunami.

viernes, 12 de octubre de 2007

515º Aniversario

Dicen eso, si, que la rica salsa canaria se llama mojo picón. Así apunta la letra de esa mítica canción, reflejo de la tradición y costumbres de unas islas que tuvieron mucho que ver en el dominio del Atlántico y dieron pie a la conquista de nuevos horizontes. Nadie parece reclamarlas, porque son de España, no hay batallas como en Gibraltar, dialécticas y legales por pegar el Peñón más a Andalucía y despegarlo finalmente en estos tiempos de hoy en día, de una monarquía inglesa que sigue pomposa y en majestad, suntuosa y anglicana, alejada del Euro y rival antaño de España. Eran esos los tiempos en los que Portugal y España dominaban el Mundo, (Tratado de Tordesillas final para la paz entre hermanos, de aquí para allí para ti, y de aquí para aquí para mí), bueno, unos años antes, la idea de llegar a las Indias por el Occidente se antojaba misteriosa. Dice la historia, que como Castilla, que era el Reino más poderoso de la Península, estaba obsesionada con el tema del control del Canal de la Mancha, (al final se venció a los Ingleses en la batalla naval de La Rochela), reconquistando lo que aún quedaba por aquí, una Granada suntuosa y unos pueblos de alrededor que prestaron más resistencia de la esperada, los portugueses tomaron la iniciativa y ya en 1336 se llegó a Canarias, explorando las aguas algo alejadas de las costas, descubriendo Madeira y Azores, y poblándolas de gente del Algarbe a partir de 1418, lo que mermó más la población escasa de Portugal, ya que dicen por ahí que había menos de un millón de habitantes, mientras que sólo en Castilla había cuatro… Por unas cosas y otras, las negativas del Rey luso por aceptar condiciones de un navegante venido de Italia, y por la inminente conquista de Granada, los Reyes Católicos apostaron por sufragar los gastos, empeñando incluso tesoros reales, de un Cristóbal Colón que juraba que la Tierra era redonda. De lo que pasó después, los viajes, las conquistas, el maíz, las patatas, el chocolate… ya escriben muchos. Sólo quería hacer hoy un homenaje a esos valientes, que surcando hacia Occidente, y con dos carabelas, la Pinta y la Niña, y la Nao Santa María, llegaron a unas tierras que jamás pensaron que eran otro Continente. Hoy hace 515 años, Rodrigo de Triana gritaba Tierra a la vista.

jueves, 11 de octubre de 2007

Los 7 artes

Hubo antaño un esplendor cultural, artístico. Muchos denominaron a esas orgías literarias “Generaciones”. Del 98, del 27, de Postguerra… Otros, como los pintores, fueron de los que pintaron lo que vieron, tratando desde un principio de pintar antílopes, pues eran lo que veían, sin saber que en el futuro vendría Miguel Ángel y luego la foto. Lo que no se acercaba a la realidad no gustaba, y si se acercaba demasiado, tampoco, (véase el enfado del Papa Inocencio X con el retrato que hizo Velásquez, y todo por hacerlo demasiado real). Ahora que hay cámara de fotos, nos proponemos a modificarlo con programas informáticos, porque bien salimos oscuros, o porque bien la musa tenía un pelo delante de la frente. Un click, e incluso estará más morena, sin rayos uva. Los pintores se alejan de la realidad y juegan con el símbolo, poniendo dos puntos y dos líneas, y llamando a su obra “pájaro en el espacio”. Los escultores juegan con las formas, con el sin saber y con la incomprensión de gente, que si ve el David, ve a un hombre, pero si ve un “Elogio al horizonte” ridiculizará llamándolo “water de King Kong”. Dicen los arquitectos que sus casas ahora son el resultado de la modernidad, de lo nuevo. Usan elementos raros, extraños, con ventanales inmensos, de grandes proporciones, altos, blanco perfecto de la ira terrorista. Se hacen bailes más y más modernos, perviviendo como los domingos, el tango en el Retiro madrileño, y ahí a su lado, unos mozos con gorra y música hip hop haciendo barbaridades con su cuerpo en el suelo, saltando y con un estilo muy cercano a las películas de USA, que si bien nos parecen demasiado americanas, no hacen más que reflejar su vida diaria, aquí, lo más cercano, el Comisario de Tele 5.

miércoles, 10 de octubre de 2007

La Plaza de España

Después de un tiempo sin escribir, pero sin haber olvidado el lugar de cada letra en este mi teclado negro, lleno de polvo, pues poco uso se dio en estos días al haberme en otros lares de esta mi España, que pese a quien pese sigue siendo una y grande, me dediqué a escribir para vuestro deleite. Hoy mismo tendrá lugar una manifestación en una zona de León que el populacho empezó a llamar “Explanada de la Junta” y por ser luchadores y defensores de lo nuestro y por no llamar así (ya sabemos que lo relativo a Castilla huele mal en ésta ciudad a raíz de un regionalismo no concedido en tiempos de dispersión comunitaria) a una zona más bien pudiente, de guita, de billetes en las carteras de piel y no monedas en los bolsillos de los vaqueros descosidos en los bajos, tras más que una más que acertada traída del ejército a León en el día de su desfile militar antes del verano, ver la cabra de la legión defecando junto al Bernesga y la cara del Rey boca arriba, como poco acostumbrados nos tiene últimamente, los nuevos populares con pancartas, gritos y rodeando la bandera que dejaron los soldaditos reclamarán el nombre de tal espacio como “Plaza de España”. Ya lo canta el himno cazurro, “Sin León, no hubiera España”, y así fue, aunque a muchos les duela y otros traten de taparlo y modificarlo, sin saber exactamente que el pasado es pasado, y poco pueden hacer ya por cambiarlo, pero señores, qué le vamos a hacer si “antes que Castilla Leyes, tuvo León veinticuatro reyes” y si Castilla es llamada Castilla porque los moros llegaban al norte y cada vez veían más y más castillos hechos por lo reyes de León, que no cesaron en dominar y controlar unas tierras que habían de ser cristianas, para que luego los libros de texto aceptasen el pasado como un condado castellano, que al parecer para las nuevas generaciones, lo fue todo, sin hacer ver más que León era la respuesta a una Asturias en expansión, que al llegar a Valladolid dijo “soy grande”, soy el origen de hoy. Qué crimen…