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miércoles, 4 de julio de 2007

Copenhague

Cabizbajo y tristón, cansado y feliz de haberlo conocido. Así volvía el otro día yo de Copenhague, que significa puerto comercial... De allí y de Sturup, el pueblecito que sirve de Aeropuerto de Malmö, ciudad al sur de la tierra de mi princesa. Si, cierto, como Barajas a Madrid, pero sin ser uno como el otro. Y la otra sin llegar a ser la primera hacia el trono, una segundona, pero “ella”. Coqueto el uno, si, guapo, limpio y nuevo, pero grandioso y desproporcionado y alterado de vaivenes y maletas el de aquí. Fuera este un viaje de placer, fuera de los vicios y órdenes de los que tengo a mi cuerpo sometido por las Españas, y parte de la Europa del Este, vieron mis ojos ésta vez una del norte. Un paraíso de rubias sin bote y limpio de contaminación. Unas calles y avenidas amplias, sin más farolas que unos faroles en el centro de la calle, colgados de unos cables que recorren unas casas con techos abuardillados, para una evacuación mejor de la nieve. Una capital, la danesa, fría, con Puerto nuevo, Zoo, un parque de atracciones, o mejor dicho, un parque con atracciones, el más antiguo de Europa, el Tívoli, fíjate, ¡qué ciudad! Los museos son baratos o casi gratuitos y te dan alternativas y gustos diferentes con el arte, tanto y tantas réplicas y copias, que hasta ponen juguetes de Hércules made in Disney en el medio de una exposición de vasijas y restos de mi querida Grecia, así que viendo eso, te permites el lujo de bromear con los "Burgueses de Calais", "El Pensador", momias y sarcófagos... Una ciudad donde las bicis circulan por sus carriles hasta en pleno centro, allí donde se almacenan en Norresport, alcanzando el Stroget, dicha con “o” de conjunto vacío, aceituna decíamos Jorge y el que escribe. Peatonalizados, vimos carritos de taxi como en China, pero ahora son daneses los que pedalean mientras los orientales gastan carretes. Un espectáculo ambulante causa el mayor alboroto visto en una semana: Un corro lo rodea. Todos aplauden. La gente mira asombrada “Oh, el circo en la calle”. ¡Cinco coronas y a correr, muerto de hambre!. Y es que vaya vida ésta del Norte, qué cara… sólo con ver que su moneda es la corona.... Mucha tecnología, mucha informática, gentes en los autobuses, trenes y metros, chateando con su portátil, una amplia vía de comunicaciones y redes de acceso a Internet o para llegar a la vej (calle). Una puntualidad más que inglesa y una exactitud en los medios de transporte que dejan a nuestra tierra al borde del caos (otro día os contaré mi retorno). Si que es verdad que esa gente madruga, tienen poca o escasa vida nocturna, y jamás vi un bar de tapas o un bar donde tomar un corto a medio día. Sólo tabernas y cervecerías. Olvídate si vas, de las tapas. Sólo “beer”. Alcohol con cuentagotas, supercaro, posibilidad de pagar con tarjeta hasta una simple Carlsberg. Buena fábrica, si, pero sin olvidar la Duff de los Simpson, ya sabéis, “Duff para mi, Duff para ti, cerveza Duff, te hará feliz” y fresca cerveza de su bar, tras la avenida de los elefantes donde se muestra el símbolo que los nazis hicieron como suyo. Pobre Carl. Mira que es mala suerte… Y buena idea fue poner su nombre y el de una colina, lugar de su primera fábrica como nombre a una cerveza… Y luego a otra la de su apellido, ale, ahí está la Jacobsen. ¡Un visionario! Como el cuentista de Andersen, otro danés ilustre que a buen seguro, no conoció Christiania, el barrio hippie, otro mundo, sin cámaras, una antigua zona militar que el ayuntamiento concede a éstos que no quieren ser como el resto. Un mundo aparte del que hablaría tiempo y tiempo, cabezas cortadas de sirenita y gracias como colgarla bufandas y ponerla camisetas, nada del otro mundo si vemos que la Cibeles sufre lo mismo… líneas y más, y del que a buen seguro, haré menciones esporádicas en mis comentarios, porque todo son anécdotas y vivencias, y es así como se aprende, el verdadero sentido de la vida. Un gustazo el haberlo conocido. Muchas gracias Jorge, y suerte con tu puente.

1 comentario:

  1. Es la mejor descripción que he visto de Copenhague :) Yo, de momento, estoy viviendo su magia poco a poco, paseando en bici, perdiéndome en su centro, disfrutando con los canales y los lagos, bebiendo "ol" (cerveza) y sonriendo con cada rayo de sol que se escapa por aquí... :

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