(Y digo yo... ¿Qué buscará este señor entre la basura?)
Me intentas flipar, flipado, con esa mente viperina tuya, oculto detrás de un sombrero y una risa falsa posando para una foto de quien te da de comer. Entiendo que intentas impresionar, pero no se a quien, con palabrerío alejado de una jerga juvenil que te queda lejos, muy lejos, y que no entiendes. Lo siento. No entiendes. Que esos guateques son distintos a los de ahora y que esas pataletas y críticas al aire son de paisano de bar, con palillo en boca y vermú añorado del Valdesogo. Que solo te queda el Casa Benito para refugiarte en tus palabras añejas y retorcidas, perdidas en el paso del tiempo. Que odias a esa mocedá leonesa y de fuera que te llena con cachis de plástico y calimocho las mesas de madera que tanto duran y se balancean a ritmo de pasión, con recuerdos de otro tiempo, fotos de clientela mítica y quinielas de antaño. Que me hablas de un macrobotellón como si fuese el primero, oyoyoyoy, te siento asustado y con la mano en la boca, como ese grupo de Facebook de “señoras que…” y escribes líneas y líneas y sigues sin dar respuestas o soluciones al asunto. Que digo yo que benditos los chavales que llegan en bus y tren a mi ciudad, a León, y qué pena que no sea en chárter o vuelos más atractivos, porque mira cómo está oxidándose el aeropuerto… Éstos mismos que hoy criticas dan a León un aire joven, de movimiento. Al día siguiente de asco, sí, pero aunque las autoridades sabían del sarao, no lo reubicaron en pabellones o botellódromos como hay en otras ciudades. Parecía la fiesta agradecida tras las elecciones a Rector de dos candidatos que apuraron esfuerzos los últimos días con el alumnado, a pesar de contar tan poco en los comicios. Y nadie lo prohibió antes. Y luego todos se quejaron de la basura… Pero no voy a hablar de la escombrera, sino de los puñales que lanzas contra esos jóvenes a quienes acusas de violadores, borrachos, o de no tener futuro. Tenemos lo que provocaron y disfrutaron los mayores con la burbuja famosa. Que digo yo ¿qué culpa tendrá un chaval que acaba la carrera de no tener más opciones que irse a estudiar fuera de España y servir copas y hamburguesas lejos de su familia y amigos…? Que lo bonito sería terminar la carrera, tus estudios y trabajar de eso aquí, de disfrutar de tu ciudad cada semana, cada fin de semana, y no tener que esperar a las fiestas de Pascua, San Juan, San Froilán y Navidad para juntarse todos y contarse batallitas. Que un guantazo a tiempo, como dices tú, cuánto bien hubiera hecho para quitar la soberbia a mamones de última página… y últimas vueltas. Cada vez me gustan menos los petulantes vejestorios que critican aquí y allí, y pocas veces dan respuestas. Tempus irreparabile fugit señor Pedro, no se retrase en volver a casa por lo que dirá el vecindario y vaya a dormir pronto, que la resaca a estas edades… ya lo sabe, ¡se pasa peor y nos hace decir tonterías!
Publicado en Cartas al Director, Diario de León, 22/03/16.
Sublime respuesta a un mamón, y con mamón me refiero al término mamarse.
ResponderEliminarPrimero leí tu comentario y me pareció duro, conociendo como os conozco a los dos. Luego leí el de Pedro y me parece que te quedaste corto, o que estaba de resaca. Muy bueno tu razonamiento y vamos a tratar de poner soluciones y no prohibiciones. Adelante la juventud, es vuestro futuro.
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