Desconocía hasta hace unos años, la posibilidad de hablar y de charlar, criticar, alabar y demás, debatir con familia de más allá de los… qué tontería, con la familia. No era Oviedo una ciudad que visitase yo, es más, hasta hace unos años, jamás la había pisado y siempre alababa Gijón, porque ¿para qué Oviedo? Si vas a Asturias vas a la playa… Pues señoras y señores, date que poco a poco, quizás la edad y quizás esa intención personal, tanto suya, como por estas latitudes de intentar juntarnos y no olvidar y perder esos lazos familiares, que nos llevó a coincidir en algunas visitas y comilonas, cenas de esas que siempre vas a recordar, y de esas que se dan poco, no las típicas bodas, bautizos, comuniones, pero que gustan de hacerse. No es que nos veamos mucho… más bien te diría que nada, pero hay algo especial. Es una parte de la familia que se quiere, que yo no quiero perder.
Charlábamos en una de esas convocatorias de comida y/o cena, sobre cosas variopintas, con mi… Dios mío, aquella vez estaba la futura notaria, pues tiempo hace, si, es verdad, y comprendí que era un señor interesante. Del que se podría aprender más allá de lo que decía. El tiempo me ha dado la razón y leyendo su blog, comprendo que aquella idea que tuve, quizás primera vez que lo vi racionalmente, y no bajo una lluvia de mil demonios, allá en Navedo, donde Charo fue a buscarnos en madreñas, y donde me di cuenta de que tenía una prima de mi misma edad, pelirroja pelirroja, y que cosas del destino, ahora tenemos cosas en común como el extranjero… Fue éste señor, marido de Pilar, Pili para los más arrejuntados, el que me aconsejó unas lecturas de un conocido suyo, un “Señor” con mayúsculas, García Amado, profesor de Derecho en León y escritor de hacer pensar más que de pasar el rato leyendo. Y fue así, leyendo lo de uno, y lo de otro, lo que me animó a crear éste Vytautas, tras una conquista sin igual del extranjero. Todo va encajando en ésta vida y ésta cultura, que si bien o para mal, va dejando año si y año también más sabias a las personas, más buenas, con más corazón. Por eso, y por lo que vendrá en un futuro, felicidades por los cincuenta y nunca cambies, Luis.
Charlábamos en una de esas convocatorias de comida y/o cena, sobre cosas variopintas, con mi… Dios mío, aquella vez estaba la futura notaria, pues tiempo hace, si, es verdad, y comprendí que era un señor interesante. Del que se podría aprender más allá de lo que decía. El tiempo me ha dado la razón y leyendo su blog, comprendo que aquella idea que tuve, quizás primera vez que lo vi racionalmente, y no bajo una lluvia de mil demonios, allá en Navedo, donde Charo fue a buscarnos en madreñas, y donde me di cuenta de que tenía una prima de mi misma edad, pelirroja pelirroja, y que cosas del destino, ahora tenemos cosas en común como el extranjero… Fue éste señor, marido de Pilar, Pili para los más arrejuntados, el que me aconsejó unas lecturas de un conocido suyo, un “Señor” con mayúsculas, García Amado, profesor de Derecho en León y escritor de hacer pensar más que de pasar el rato leyendo. Y fue así, leyendo lo de uno, y lo de otro, lo que me animó a crear éste Vytautas, tras una conquista sin igual del extranjero. Todo va encajando en ésta vida y ésta cultura, que si bien o para mal, va dejando año si y año también más sabias a las personas, más buenas, con más corazón. Por eso, y por lo que vendrá en un futuro, felicidades por los cincuenta y nunca cambies, Luis.