Robar banderas se convirtió en un espectáculo durante éste Ágora de Ljubljana. Sí que hay en los estatutos un apartado que dice cositas sobre la legalidad para el robo de banderas y sellos de unas sedes y otras, y quizás por eso León no llevó ninguna de sus tres banderas al mayor evento de AEGEE en Europa…
Situaciones como “sácame una foto con la bandera”, “pasa la bandera al que está detrás de ti”… servían para arrebatarla y obligar a los dueños a realizar una prueba.
León, Oviedo y Santander, quién ya lo denomina oficialmente como “triángulo del demonio”, se aliaron ésta vez, y formaron un tandem espectacular. Madrid sigue siendo la víctima de siempre, y la sede de Alicante se esforzaba por igualar a los del norte.
El mayor golpe ocurrió allí, durante las presentaciones de las sedes. Y es que los confiados organizadores de Eslovenia, ondearon la bandera al escuchar el nombre de su sede, y esa fue la oportunidad para que León la arrebatase.
A partir de ahí, el deber de realizar una prueba, como hicieron los de Valencia al tener que salir de fiesta, los chicos maquillados y las chicas en pijama… otros el conseguir que más de cien personas bailasen el chikichiki, o más de veinte parejas se besasen durante un minuto, amén de aquel streptease espectacular e inolvidable con el que Riga nos deleitó en el Ágora de Nápoles de 2006…
Unas pruebas que de no ser superadas o negarse a hacerlas, provocan que el secuestro de la bandera perdure hasta un nuevo evento, un nuevo Ágora, y la bandera repose en nuestra oficina hasta entonces. Mientras tanto, toca pasearla... aunque en la pared de la oficina es un cuadro.
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