Que Daniel Day Lewis ganase su tercer Oscar al mejor actor protagonista y sea el único que lo ha conseguido, no es una casualidad. Te lo esperabas. El tío se curra un papelón que nos deja con la boca abierta. A algunos porque nos encanta su actuación, sus frases, y largas secuencias, sin cortes, y a otros porque se pierden en las charlas, monólogos y se quedan sólo con esa forma de andar tan peculiar del decimosexto presidente de los Estados Unidos, primero en cambio, del bando Republicano.
Y es que mucho ha dado que hablar y sigue dando la edición de los premios del tío Oscar de este año. La caída por las escaleras de Jennifer Lawrence, mejor actriz por "El lado bueno de las cosas" evidencia el feeling entre moda pomposa y cine, cine y moda pomposa, de la cara, lujosa y de pocos, para mostrarse como escaparate al mundo entero. Con fortuna o sin ella, como la antítesis entre el modelito de la griega Jennifer Aniston y la horrenda Kristen Steward, con esa cara además tan sosa y mentón abultado, como todos los Borbones. Aunque para guapas y guapo, el modelo como armadura sacada de Caballeros del Zodiaco que vestía Naomi Wats, guapos ambos, o la siempre sorprendente Charlize Theron, blanca y sencilla. Lo de la Hathaway y su vestidito... tela... ¡y poca!. ¡Y mal cosida!
Lo que es en sí la Gala fue normalita, ganando premios Pi, cantando los Miserables, y viendo caras de famosos y a un cómico que apenas gustó, con guiño a que todos se entenderían ya que no andaban por allí ni Pene, ni Bardem...
Curioso y a destacar que ganase el premio a la mejor película "Argo", y que su director, Ben Affleck, no estuviese si quiera nominado. Ahora vienen fuertes los iraníes. Parece que no ha sentado muy bien aquello... Es un mundo y sociedad diferente, incluso vistieron con photoshop a Michelle Obama que entregó este premio. Tan distintos todos, con España en el centro de ellos. Lo de los Goya, punto y a parte.
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