Lean. Lean. Siéntense y lean.
Desde el domingo las redes sociales bombardean (más que nunca) con info y datos de la serie más aclamada en tele: Juego de Tronos. Tranquilos que no os desvelaré nada nuevo. No habrá spoilers en este artículo.
Si bien la serie ha tomado el título de la primera de las obras que George R.R. Martin aglutina en la saga Canción de hielo y fuego, todo el globo mental del creador de los Siete Reinos y todo el vasto territorio donde se asientan las ciudades libres, se hace más y más famoso gracias a la serie televisiva, ligeramente diferente a lo que se cuenta en los libros.
Es gracioso ver por Youtube la cara de la gente que se ha grabado viendo los últimos 5 o 10 minutos del episodio noveno, el de las Lluvias de Castamere, penúltimo en esta 3ª temporada. Las reacciones son diferentes, dependiendo de los que ya conocen la historia o los que no tienen ni idea. Pero curiosamente no hay ningún vídeo de esa gente que leyendo descubre una u otra de las escenas, y creedme, en el libro hay muchos más detalles y cuestiones jugosas entre medias.
Por eso animo a leer. A leer. Aprovechad el tirón de la serie para adelantarla, para adivinar lo que pasa a cada uno de los personajes más allá, dónde están, dónde quedan, qué será lo siguiente, y descubrir luego, a través de la caja tonta, el enfoque que dan a las historias de los Stark, de los Lannister, los Tully…
Es inevitable pensar en una Madre de dragones diferente a la rubia de cejas oscuras. O a una Sansa pelirroja diferente, o un Tyrion más alto o bajo, o un Sam Tarly menos gordo, aunque en el libro aún lo es más…
Leed, leed y leed porque “En este mundo, cuando juegas al juego de tronos, o ganas o mueres”. Esta canción de hielo y fuego se merece ser leída antes de verla en la tele. Si no todos seremos un Hodor cualquiera.
Hodor.
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