jueves, 9 de octubre de 2014

A mí no me confundes, Mariano



A mí no me haces mirar para otro lado, Mariano. Y mirar para otro lado no es para buscarte, porque estás escondido en alguna parte, amigo. Cuando surge una crisis escapas y dejas con el pastel al ministro de turno. Lo hiciste con Wert, Gallardón, ahora con Mato, la del jaguar. Y a lo sumo sacas al mapache pucelano, vice y jefa de la bandera y no sé cuántas cosas más para salvarte las barbas. Que esto no es así, Mariano. 

Yo miro las noticias con menos bombo y en periódicos alternativos, porque es ahí donde ves la realidad, presidente. No ese telediario que habla de catalanes malos, un ébola maligno, unos árabes en pie de guerra y de refilón de unas tarjetas que embrollan hasta al apuntador. A mí no me la pegas. Porque como buen gallego ni dices esto ni lo otro, y vas tirando con lo que hay, y alegas un viaje para asistir a un congreso de empleo juvenil en Milán para esconderte de lo que tienes por casa. Pero era un encuentro con Renzi, la Merkel y otros tantos. Que si al menos llegarais a algún acuerdo y empezáseis a trabajar, los jóvenes no tendrían que irse fuera. Porque al irse fuera, se van los científicos, físicos y químicos que pudieran encontrar curas y adelantos para todos. Porque con la educación tan horrible que secundas, los nuevos jóvenes están menos preparados, y así se hace imposible ganar un Nobel, y mucho mucho con el mundial de fútbol, de basket y de lo que sea, sí, pero no un Nobel. Si donde recortas primeramente es en Educación, Sanidad y Ciencia, tienes que asumir que España no es un país receptor de casos con enfermedades no habituales por estos lares, y si hay imágenes del copiloto de ambulancia vestido como el que baja de turista por la Carrera de los Jerónimos, no eches la culpa a la enferma a la que habéis matado al perro… por si acaso o porque no sabíais dónde meterlo. Entiendo, Mariano, que era posible, pero has convertido que la sociedad española se crispe hasta por salvar a un perro (y porque no os dio la venada de sacrificar también al marido...). 

Pero mientras hablamos estos días del ébola, creamos un pánico no solo nacional, porque nos está dejando como paletos por el resto del mundo cuando salen las imágenes de los traslados, mientras olvidamos y dejamos menos tiempo en prensa y tele a lo de las tarjetas-barra libre, lo de la recolocación de Gallardón unos días más tarde de dejar el Ministerio, los datos del paro, el desempleo juvenil… Pero entiendo, Mariano, entiendo. Estás ganando tiempo y así hacemos tiempo a que la gota fría haga de las suyas, a que el Barça, Madrid y Atleti, con el Cholo a la cabeza, se peguen nuevamente y coja ritmo la Liga ya que ahora no tienes los titulares de Mourinho y a que caiga la primera nevada y a que los telediarios envíen a sus corresponsales a la cima y cota más alta para hacernos ver lo blanca que es la nieve el primer día, pero no a mostrar la mierda en que se convierte al día siguiente...

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