Hay cosas que no se entienden... por qué el papel de las Biblias es tan fino y rompible... por qué Penélope está nominada éste Domingo al Oscar... Por qué me fui a Grecia cinco días, así, pum, ida y vuelta, Carnaval por medio, y Akrópoli a la vista...
Sin duda fué un viaje relámpago, como si Zeus, aquél que veía al fondo Lykabettus, sobre el barrio de Kolonaki, rico en tiendas, moda, joyas y cafeterías hubiese lanzado uno de sus truenos sobre mi estampa.
Paseando por las calles de Atenas, comiendo algún gyros o souvlaki y tomando un vino Retsina, descubrí que mi memoria era fiel al recuerdo de haber estado por allí el verano pasado, ¡Cielo Santo, si estamos en Febrero! Pues ya bien por Plaka, que por Omonia, ¡be careful en esta parte, amigo, guarda la mano en el bolso y coge fuerte tu cartera, que allí, entre el bullicio, roban hasta a los ladrones! Como en Monastiraki, aún con la divisoria de sus calles de mercadeo típico en obras, junto a la estación de metro-tren, pues si amigos, allí hay tres líneas, una más que en Roma, compré y desgasté el fondo de mi cartera por querer guardar ya euros de otra cara sin Juan Carlos I, y atendiendo de no timarme con dragmas o cuentos que aquí son de Calleja, y allí son de Esopo. Y a donde no llega el metro, llega el Troley, con cables por la ciudad, pasando ante el Templo de Zeus y el cambio de guardia de los Evznes, los del pompón en el zapato, cerca del Museo Benaki, y ante el Parlamento y la tumba del Soldado Desconocido, en frente, una calle se abre paso peatonal sin coches, a donde las escaleras nos llevarán a Syntagma, que en otros lares llaman Plaza de la Constitución, con uno de los pocos McDonalds que hay en el Peloponeso, pues allí son más los Goody´s que los del payaso estadounidense. Y tiendas y más tiendas de uno que nació en León, y allí planta sus Zara´s, sus Bershka´s... Y en medio, una Iglesia Ortodoxa entre edificios, que te da paso a otro barrio, a otro Mundo, a la Akrópoli, para que veas allí arriba la parte de atrás del Erecteion, y guardadas a tu vista, las Cariátides, que sostienen con su cuerpo y su cesta en la cabeza, lo poco que hay en la Colina, Partenón, Propileos, Puerta Beule, el Odeón que se marcó el amigo Herodes, y unos cuantos cimientos de más y más templos, que dieron en su día un Mundo Clásico, en un País lleno de Islas, buena gente, y mucho ouzo que beber.
Sin duda fué un viaje relámpago, como si Zeus, aquél que veía al fondo Lykabettus, sobre el barrio de Kolonaki, rico en tiendas, moda, joyas y cafeterías hubiese lanzado uno de sus truenos sobre mi estampa.
Paseando por las calles de Atenas, comiendo algún gyros o souvlaki y tomando un vino Retsina, descubrí que mi memoria era fiel al recuerdo de haber estado por allí el verano pasado, ¡Cielo Santo, si estamos en Febrero! Pues ya bien por Plaka, que por Omonia, ¡be careful en esta parte, amigo, guarda la mano en el bolso y coge fuerte tu cartera, que allí, entre el bullicio, roban hasta a los ladrones! Como en Monastiraki, aún con la divisoria de sus calles de mercadeo típico en obras, junto a la estación de metro-tren, pues si amigos, allí hay tres líneas, una más que en Roma, compré y desgasté el fondo de mi cartera por querer guardar ya euros de otra cara sin Juan Carlos I, y atendiendo de no timarme con dragmas o cuentos que aquí son de Calleja, y allí son de Esopo. Y a donde no llega el metro, llega el Troley, con cables por la ciudad, pasando ante el Templo de Zeus y el cambio de guardia de los Evznes, los del pompón en el zapato, cerca del Museo Benaki, y ante el Parlamento y la tumba del Soldado Desconocido, en frente, una calle se abre paso peatonal sin coches, a donde las escaleras nos llevarán a Syntagma, que en otros lares llaman Plaza de la Constitución, con uno de los pocos McDonalds que hay en el Peloponeso, pues allí son más los Goody´s que los del payaso estadounidense. Y tiendas y más tiendas de uno que nació en León, y allí planta sus Zara´s, sus Bershka´s... Y en medio, una Iglesia Ortodoxa entre edificios, que te da paso a otro barrio, a otro Mundo, a la Akrópoli, para que veas allí arriba la parte de atrás del Erecteion, y guardadas a tu vista, las Cariátides, que sostienen con su cuerpo y su cesta en la cabeza, lo poco que hay en la Colina, Partenón, Propileos, Puerta Beule, el Odeón que se marcó el amigo Herodes, y unos cuantos cimientos de más y más templos, que dieron en su día un Mundo Clásico, en un País lleno de Islas, buena gente, y mucho ouzo que beber.
4 comentarios:
Me gusta tu descripción. Yo también estuve en Atenas hace un par de años y es tal como dices. Buena lectura y maestría en los comentarios. Sí señor.
Ouzo... qué strong!!!
Qué bien vives,no? todo el día de viajecitos...
No sé en qué momento se le ocurre a alguien que internet puede ser una herramienta para compartir sus viajes, experiencias, pensamientos y en definitiva "cosas", con aquellos a quien les pueda interesar. Y no sé en qué momento se te ocurre a ti que, en la vida tan ajetreada que llevas, aún queda un rato para escribir un blog que supone, entre otras cosas, que tendrás que actualizar regularmente otra página de internet más. Cuántas llevas ya? 16? 24?
En realidad pienso que estás como una cabra... Pero me encanta que hagas que sea tan fácil seguirte la pista, porque así siempre que quiero puedo saber cómo te va, por dónde andas o de dónde regresas; y de alguna manera siempre mantendremos el contacto, aunque muchas veces, tú no lo sabrás...
Un beso Willy Fogg!
Con mucho cariño de Rigodón.
Rigodón, me ha encantado tu descripción. Tu tienes blog? Tu tienes otro nombre que no sea Rigodón? Gracias por escribir en el blog de mi primo.
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