Tres veces campeón del Mundo, de forma consecutiva, y ni aún así le dan una portada... No, lo más importante hoy es que sólo avanzó en su camino al título el Real Madrid... ¿qué me están contando, señores? ¡que aún es líder el Barça, y no hay más noticia culé que si Oleguer jugó en vez de otros dos! ¡Pues para eso está, para jugar! Y un piloto asturiano llamado Alonso vuelve a ser líder del Mundial de Automovilismo en buena parte por el trabajo de otro español, De la Rosa. El equipo español de tenis quedó eliminado por Estados Unidos... vaya por Dios, no estaba Nadal, así que no hubo tiempo de tenis en el telediario. Un chico llamado Daniel Sordo, ha sido tercero en el Rally de Portugal, sí, sigue habiendo Rally después de Sainz, y el combinado español de atletismo de 10000 metros se impuso en categoría masculina y femenina de la Copa de Europa... Sólo vemos el 2-0 del Real Madrid al Osasuna... Qué triste y manejable la información deportiva en España...
En un país donde si dicen Interviú sólo sabemos de una revista de chicas ligeras de ropa, y prensa rosa y tetas en sus páginas, un equipo, el Boomerang y de apellido ya citado, se alzó con un título de los grandes, que lo convierten en el mejor equipo del Mundo... pero de fútbol sala.
Empiezo a cansarme de escuchar y ver siempre noticias de fútbol, de un deporte que se está convirtiendo en fuente de ascos del populacho, que si bien va desengañándose en ir a los estadios, no ve más que fútbol y fútbol, millones, lesiones, y glamour en un deporte que abandona la idea de su nombre. Ya no es un deporte como tal. Ya no se juega a fútbol por diversión, sino por avaricia, con odio, nadie tira el balón fuera cuando un compañero se retuerce un tobillo y sólo luchan por estar en un equipo mejor, salir guapos en las fotos, y hacerse los duros ganando millones y millones, dejándose ver en pasarelas de modelos y fiestas de cocktail caro (perdón por la palabra, pero no es más que una mierda en una copa) mientras que otros subidos a una bici, otros jugándose la vida en una moto, y otros dejándose los pies en caminatas y entrenamientos no tienen más gloria que una beca de estudios, una ayuda de un patrocinador engañado, y ocupar una columna en un periódico local, allá donde nacieron, y quizás un suspiro de alguien, que está loco porque no le gusta el fútbol.
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