Cuando el grajo vuela bajo… Esto lo podría haberlo dicho el bueno de Sancho en una de sus míticas frases, y erigiéndose como el primer personaje español que recitaba sabiduría popular y refranero de la época que aún llega hasta nuestros días. Estamos hablando de hace más o menos 400 años. Podemos jugar con esa frase, algo que vimos ayer. Podemos pensar que los grajos son gaviotas, y que carajo se escribe con “Jota” de Rajoy (por seguir la similitud del lema de “Con Z de Zapatero”). No se me quita de la cabeza, esa cara descompuesta, con una barbilla compungida tras la barba al saberse perdedor de unas elecciones en las que se presentaba como virtual ganador. Eso hasta un momento clave, el 11-M, que cambió la cruz en los papeles de las urnas. Y es que en aquellas elecciones, Mariano Rajoy, que estudió en mi mismo colegio y recibió clase de algún profesor también mío, dijo adiós a poder vivir en la Moncloa.
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Entró entonces Zapatero, que a bien, estudió e hizo la comunión con mi padre, y desde entonces le atiza sin tregua, sin razón, y es que a veces, cansa. La que más, aquella vez que el Presidente defendió a Aznar, cuando las voces del Rey a Chávez, si, pues dijo que no era para menos, y que es culpa del PSOE el haber llegado hasta ahí… (se le debió olvidar aquella foto de José Maria en las Azores…). Luego, por hacerse no se sabe si con más votos, ya que cada vez menos gente marca la casilla de la Iglesia en la contribución (y ya está por menos del 25%) y proclamó que su Partido Popular era católico. Su logo, palomas, como la de la Paz... pero que en este invierno vuelan bajo, a punto de estrellarse, así que grajos, negros como sotanas . Así ha ganado a toda la comunidad eclesiástica, a los beatos de costumbre y unas cuantas familias, pero a algunas de ellas se las cargó ayer, cuando no dejó a Gallardón presentarse en las listas del PP como diputado.
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Algo huele a podrido en Génova, 13. (No la Rue del Percebe). Algo ha tenido que pasar entre ellos, porque hubo una algarabía tal que cuenta más o menos que Esperanza Aguirre anunció que de ser así, ella abandonaría la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Y el de barba, viendo el buen trabajo en Madrid de ambos, pese a gobernar el partido rival, dejo las cosas como estaban pues son dos personas poderosas. Tanto, que el que se perfilaba como sucesor de Rajoy en el mando más alto del partido, el bueno de Gallardón, se ha quedado triste, dejando muchas caras tristes en mi memoria y todas del PP, con la alegría de la mujer, que no logra grandes méritos, pero tampoco su compañero. Hace un frío del carajo en el seno del PP, y costará tanto calentarse, que a bien seguro pasará factura en las urnas.
3 comentarios:
¡Genial! has hecho que cada dia o dos dias entre en tu blog y leer 2-3 minutos a gusto. Eres mi particular columnista. Enhorabuena. Y te diría, al hilo de tus lineas: talante.
Es algo asi como el bueno, el feo y el malo, pudiendose aplicar a los 3 de la foto, y a rajoy, gallardon y aguirre.
madre mía cuanta triloxía. Falta´l padre, el fiyu y el espíritu santu.
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