Con un puñado de euros cruzaste la frontera fuera de la CEE. Te metieron miedo ya en pleno viaje al decirte que si, que necesitabas un pasaporte (mierda, lo estabas recordando metido en tu cajón de Villaobispo...) pero estabas en Ljubljana, a solo dos horas de Zagreb, y a mucho, mucho mas de tu casa...
Miraste en internet, y bueno, te quedo claro que mas o menos un español puede ir a donde quiera sin apenas problemas... pero ojo, que viajabas con una griega... pero nada, ella estaba en las mismas que tú... Vaya usted a saber, porque estos helenos tienen disputas con toda Balkania, y nunca se sabe... Ya viste como rascaban el escudo de su carnet, diferente, azul, con esas letras "no latinas" y el doble que el hispano, que con echarlo un ojo, pasaba (los carnets croatas son casi identicos a los nuestros... poco a poco si quieren integrarse...).
Al bajar del tren estaba tu guía. Se llamaba Ivana. Una chica que sin conocerla, y con solo haber hablado un par de veces por internet, os guió a ti y a la de Likavitos durante dos dias.
Cambiamos moneda: Un euro son siete "kunas" con treinta "lipas"... Y cien lipas equivalen a un kuna... Recordaste entonces aquellos cambios en tu primer viaje de locura de AEGEE a Fyrom... y a Bulgaria, ambas con monedas diferentes de cuyo nombre apenas recuerdas... dinares y... y... no me pidas ya por cuanto equivalían... pero en Bulgaria ya tienen euros... adiós a la "Leva". En Fyrom aún no. Sobrevive el dinar.
Vas a lugares fuera de Europa... te haces fotos con coches que son "Zastavas" y "Yugos"... conoces a gente que no puede ir de Erasmus porque no son de la Unión... ¿A dónde demonios viajaste? Da igual, experiencia que no te quita nadie... pero cuando todos seamos como Estados Unidos, yo habré estado en los restos de Yugoslavia.
1 comentario:
Qué envidia me das... de mayor quiero ser como tú :):):)
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