martes, 15 de julio de 2008

Benidorm

El hijo de Kasim tuvo tierras en la costa. Carló tuvo las suyas...

Ahí donde las aceras fueron arenas, y donde la especulación comenzaba en palacios de árabes... ahí cerca de la capital del reino de Valencia, enfrente de todo el Mar Mediterráneo...

Ahí donde Maria Jesús sobrevive con su acordeón y sus quintos. La vieja polleria de Carlos al lado, la tienda de cera, el paseo de cerámica. Las estatuas de arena, la de poniente, la de levante, el peñón de mar adentro.

El laberinto de sillas de paja del hotel Bali, qué exageración, New York en España. El parque de atracciones olvidado, qué mítico, las dunas, las montañitas secas, peladas, las redondeadas, bajas, el calor, las sombrillas... Penélope, el McDonald del fondo, el otro, el Burguer King, el Telepizza, otro, otro... Hoteles, más hoteles, pensiones, dormitorios, habitaciones, hostales... Las tiendas de zapatos de García, escuchar inglés, alemán, italiano, algo de español. El pub de los moteros... Niños, lloros, pocas olas, medusas.

Enamorados, jubilados, familias, palomas, pipas. Coches, coches y más coches. Un bus que sale de la ciudad y cuatro que entran...

Benidorm no es la Meca, no es Lourdes, no llega ningún Camino de Santiago... pero al menos todo hombre tiene que haber estado en la tierra heredada del hijo de Dorm.

No hay comentarios: