Cuando el “castor” sobrepasa fronteras es algo grande. Aquella cara estúpida de Chema y Soni de Oviedo, y que popularizamos y lanzamos al mundo internacional los tres en una fiesta de Nápoles en el Otoño de 2006 por no gastar cuatro euros en una lata de cerveza Alhambra, en aquel pub donde nos metieron a unas mil personas, se ha convertido en un símbolo de AEGEE por España. No hay evento en nuestro Netcom que no se enseñe, no se repita. La leyenda del “castor” sigue adelante. Tiene facebook, tiene un baile, tiene un juego…
Pasé las últimas semanas con un grupo de extranjeros venidos a León y Santander, al Norte de España, a esta idea de hace más de 20 años de la Summer University y que tanto nos gusta a los que empezamos a ser míticos en esto. Hubo risas, caminatas, city tours, juegos y fiestas. Hubo tiempo para el descanso. Poco, pero hubo algo.
Y ahí fue, en Valporquero, a la entrada de la cueva y esperando nuestro turno, cuando estando la gente medio dormida, sentada en unas escaleras y cansada, el castor tomó forma oficial hacia Europa.
Como pasos de aprender, cual Chiki Chiki, el uno, y sacando los paletos. El dos, hinchando mofletes. Tres, echando el aire, y cuatro echando la cabeza para detrás… El Workshop tomaba forma. Pusimos las manos encogidas en el pecho, y repetimos los pasos. Ya teníamos el legado de Oviedo.
Para el baile que dio León hubo que ponerse de pie. En posición de correr, pero si el cuerpo se mantenía sobre el pie derecho, el brazo derecho y doblado había de estar adelante. Si, contrario al habitual. ¿Amorfo? ¿Hay algo con razón y serio en todo esto? Vete aumentando la velocidad… es total…
El añadido cántabro llegó al ponerse en posición tradicional, de baile nacional, de Paquito Chocolatero. En fila y cogiendo la mano del anterior entre sus piernas y cediendo la otra tuya por debajo de tus piernas. Intentando bailar con el soporte leonés, y poniendo la cara que legó Oviedo… ¡Tenemos el “castor pack”!
¡Qué grande es el castor, él si que ya es un mito!
Pasé las últimas semanas con un grupo de extranjeros venidos a León y Santander, al Norte de España, a esta idea de hace más de 20 años de la Summer University y que tanto nos gusta a los que empezamos a ser míticos en esto. Hubo risas, caminatas, city tours, juegos y fiestas. Hubo tiempo para el descanso. Poco, pero hubo algo.
Y ahí fue, en Valporquero, a la entrada de la cueva y esperando nuestro turno, cuando estando la gente medio dormida, sentada en unas escaleras y cansada, el castor tomó forma oficial hacia Europa.
Como pasos de aprender, cual Chiki Chiki, el uno, y sacando los paletos. El dos, hinchando mofletes. Tres, echando el aire, y cuatro echando la cabeza para detrás… El Workshop tomaba forma. Pusimos las manos encogidas en el pecho, y repetimos los pasos. Ya teníamos el legado de Oviedo.
Para el baile que dio León hubo que ponerse de pie. En posición de correr, pero si el cuerpo se mantenía sobre el pie derecho, el brazo derecho y doblado había de estar adelante. Si, contrario al habitual. ¿Amorfo? ¿Hay algo con razón y serio en todo esto? Vete aumentando la velocidad… es total…
El añadido cántabro llegó al ponerse en posición tradicional, de baile nacional, de Paquito Chocolatero. En fila y cogiendo la mano del anterior entre sus piernas y cediendo la otra tuya por debajo de tus piernas. Intentando bailar con el soporte leonés, y poniendo la cara que legó Oviedo… ¡Tenemos el “castor pack”!
¡Qué grande es el castor, él si que ya es un mito!
1 comentario:
Que razón tienes! Qué grande es el castor!
Es increible la cantidad de fotos de 'castores' que tengo de mi SU... sobre todo nocturnas... y sobre todo con Soni...
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