Nadie del pueblo llano se negó nunca a apretarse el cinturón en tiempos de vacas flacas. Ninguno de los votantes que tuvo el PP pensó que depositar la papeleta con la gaviota significaría tanto recorte, o al menos que eso después del “vota” fuese perder derechos sociales… ¿O sí? Quizás la culpa sea de Zapatero, pero ¿toda? Es fácil echar la culpa a gente de León.
El Ademar se muere. El domingo se despidieron de la afición Denis Krivochlykov y Martin Stranovsky entre un griterío que manaba contra el míster Isidoro. La gente no entendía que después de doce años en el Club, Isidoro no dejase vestir al ruso de corto para despedirse tocando el balón al menos un minuto y contra el Barça. Lo cierto es que no completó ningún entrenamiento durante la semana y ese fue el castigo, pero la gente no lo quiso escuchar y lanzó una tremenda pitada contra el entrenador que llevó al Ademar más lejos que nunca en Champions League y nos clasificó para una nueva intentona a falta de dos partidos para el fin de liga. Da igual, el gesto fue muy feo, Isidoro, y eso la gente no lo perdona. El ruso queda como un santo.Es fácil echar la culpa a gente de León.
La minería se muere. Hoy por la mañana saltó la noticia de que ocho mineros se han cerrado en una mina. Gente que lucha por su trabajo dejándose los pulmones bajo tierra, tan lejos de Bruselas, incluso de Moncloa, ve recortada su fuente de vida, qué curioso, la misma que le mata poco a poco. Dicen quienes tienen trajes y caras corbatas que la minería no sirve ya de nada. Un amigo, que es un señor y de esto sabe mucho, comentaba hace unos días que en tiempos de guerra si nos cortan los suministros, la mina nos salvaría, pero quieren cerrárnoslas y convertirnos en débiles. Otro amigo trabaja en Ponferrada intentando dar con la clave de un carbón no contaminante, como vía de escape y alivio de estos mineros que pronto saldrán en una nueva marcha buscando una nueva ayuda. En Madrid chocarán de morros con los gerifaltes del Gobierno que los acusarán de nuevas movilizaciones y tambaleo nacional. Es fácil echar la culpa a gente de León.
El Aeropuerto se muere. Aunque tiene un nuevo impulso gracias a esos burgaleses que ven en León lo que se niega una y otra vez desde Pucela, y aunque en junio se lancen vuelos a diferentes puntos de España, nos falta ese salto de calidad de una empresa de bajo coste internacional. Asturias ya aceptó a Ryanair, la más famosa y on time de las compañías, mientras que nosotros seguimos con la duda de aquel dosier que estuvo en un cajón del Consistorio porque no había ingenieros que supiesen inglés. Cazurros. No interesa porque caería Villanubla, que tan cerca de Madrid y con el AVE, no tiene sentido, como esa curva horrorosa en un pueblo de niebla. No obstante, y viendo las monedas que por fin soltaron las alturas que gobiernan el aeródromo cazurro, el alcalde de Valladolid, que por apellido hace ascos a mi tierra, amenaza con denunciar dichas ayudas porque él mismo no tiene para darlas, y por eso ataca a su manera. Es fácil echar la culpa a gente de León.
Aeropuerto, Minería, Ademar, Zapatero… ¿qué más nos queda todavía en León y que no nos hayan derribado? No hay industria, y la que hubiera, se la dan y llevan a otras ciudades. Las empresas y grandes marcas ya no abren en León. La Universidad cada vez matricula menos alumnos. Hay más bares, kebabs y menos tiendas, perdemos comercio. Un FEVE que se pierde. Una autovía que nunca llega. Un AVE atascado en pato. Los jóvenes que quedamos somos los del pueblo. Los compañeros de clase sólo nos ven cuando vienen de vacaciones. No hay deporte en la élite y el que hay, lo recortan para que baje. Somos los tontos del céntimo sanitario. Y el tranvía quedó en deseo. Esta es mi tierra y este es mi León. ¡Y por él tenemos que seguir luchando, aunque nos echen la culpa de todo! Por algo somos cazurros, ¿no?
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