No es que sea yo un experto, y seguramente tras esta instantánea, el Ministro José Manuel Soria haya acabado dándole la mano al burgalés, al que ya de por sí da palmaditas en la nuca o espalda, no seamos malos, en plan de "ven aquí y sé sumiso a mi Ministerio". Una mano en la espalda que lo frena sus ansias de escalada. "Te tengo aquí sujeto y harás lo que diga yo, que para eso soy el doble de Aznar, sin bigote, y más alto". Así que eso, como si el Ministro fuese un ventrílocuo y Herrera su monigote (y tú que eres malo cambias el "fuese" por el "es").
Juan Vicente le lanza su mano derecha para que se plasme en una foto un acuerdo sobre un carbón al que van dejando de lado, al que tienen señalado y del que no saben qué hacer ni cómo actuar con él. Pero ¡ay señora! que estamos en periodo electoral y los mineros del Bierzo, del norte de León, de la cuenca de Ciñera, la Vid, y los de más allá, Cistierna, y los palentinos salen a la calle, cortan la carretera y se siguen jugando la vida mientras éstos se preocupan más por la foto que por el futuro de las familias.
No se miran a la cara, el burgalés, de rango político inferior, no mira a los ojos a su superior, y el otro agacha la cabeza y hace una mueca mientras parece divertirse, como si supiese que alguien les está haciendo una foto, y un tipo de León la aprovechará para hacer un artículo gracioso analizando esta burla y farsa que están haciendo ambos jerifaltes de traje y corbata.
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