El todopoderoso Mario, el italiano que firma cada billete de Euro tembló de miedo cuando una activista se le acercó para rociarle por encima con papelines y confeti, sembrando el terror del mandatario. Una muestra de la indignación de la gente. Una muestra de que la seguridad es insegura, y una muestra de que incluso los aparentemente tan poderosos, los que salen en esas mesas tan grandes rodeados de gente en traje y peloteros chanchulleros, dando números, cifras y decidiendo el futuro de mucha mucha gente, no son tan poderosos como parecen. Míralo si no ahí, cagadito ante la lluvia de confeti... ¡Stronzo Mario!
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