Las chinas...

El otro día me mofaba de mi amigo Manu, que se había dado un par de besos con una chica oriental. Y quien dice oriental, no quiere decir de Turquía, que no digo yo que no, o de la India, sino más allá: de la China. “Torrente”. Le llamamos “Torrente” desde entonces a éste “calamar” de la naturaleza cazurra. Y mira tú que hablando hoy con él, le comentaba que a mí me atacó una china hoy mismo. Bueno, a mi no, a mi coche. Hasta luego cristal trasero. Quedó echo añicos. Y no se si una piedra,o algún gamberro, que haberlos, hailos, pero cuando fui a montar al coche dije, uy, tengo ventilación... Y es que ya es curioso. Un estudiante Erasmus, que no realmente lo es, ya que viene becado con nombre diferente al ser de México, cuenta con 22 años, y está casado y con un niño en el León mexicano. Y dicen que quedó tan maravillado con la Catedral de León, nuestra Maravilla leonesa, que decidió casarse ahora por el rito religioso. Y hoy fue el día. Ésta misma tarde, a las 19:00 y puntuales, cuando la novia, recién venida de México lindo, entraba en la Catedral del brazo de un erasmus que oficiaba de padrino. La madrina, una polaca. Curioso, ¿verdad? Allí estuvimos varios de los nuestros, gente de AEGEE para dar fe de lo que allí sucedía, porque si bien era curioso, no recordábamos nada por igual. Había que dar fe. Somos su enlace con la Universidad, los buenos de la película. Los que les hemos enseñado España a precio módico. Sus guías, sus respuestas durante sus días en la madre patria…

Y es curioso, allí, tras la china, estaba el de la china, y hablando con él yo, el de la otra china. Bendito vocabulario hispano.