Es cotilla el que espía, el que cuenta, el que vió que el secreto estaba en la masa. Es cotilla, que no curioso, quien observa sin ser observado, y luego canta lo visto con sigilo. Es cotilla ese que dice no serlo y negarlo una y otra vez. Es cotilla un paparazzi. Por no ser descubierto, por sacar unas fotos, por tener unas frases... Era cotilla aquel leñador cazurro, que en tiempos de Vermudo II, cantaba a los leoneses las posiciones de las hordas árabes invasoras. Era cotilla pero de los buenos, porque yo soy leonés. Era cotilla de los malos, para el otro, porque es árabe. Ya vendría luego Almanzor y lo mandó degollar, a él y a los demás, por meterse en su ejército y por sus cuentos al orden cristiano. Era el año 997, y Compostela estaba al caer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario