Cuando llegan estas fiestas nos hinchamos a comer y a cenar con los amigos, con la familia, con los del equipo, con los del trabajo, con los de clase… A todos se les ocurre la feliz idea de cenar ahora y no durante el curso, durante el año… Fines y fines de semana desocupados, con restaurantes cerrados por aburrimiento, de sábados sin buen partido en la tele y con jornadas sosas por no hacer nada en todo el día. Ahora todos quieren juntarse y felicitarse la Navidad. Ese invento estadounidense por gastar antes de Reyes. Ese invento de China por vender Santa Claus trepando por las ventanas… Pobres Reyes Magos. Quisiera saber por qué somos así… ¿Qué necesidad de regalar el 25 y luego el día 5? Los centros comerciales se frotan las manos, el cordero sube de precio, pagas las uvas como si las trajeses desde la propia cepa, y todos tenemos langostinos en el congelador... Todos comemos y cenamos lo mismo. Año tras año. Viendo las caras a esas personas a las que apenas ves durante todo el año, pero que has de ver por costumbre. Tienes que sentarte al lado del jefe, y comportarte pagando lo tuyo sin poder beber un chupito que te alegre la noche. Relájate. Vas elegante, día si y dia también. Quieres ponerte ya el chándal, porque tienes esos encuentros casi a diario, y luego a tomar una copa, o bailar junto a los de siempre, sólo que ahora es Navidad. No puedes estirar los brazos, el ambiente se carga de humo, y empiezas a ver a la gente que se fue lejos de León a estudiar o a buscarse la vida, porque aquí, poquita cosa hay. Una calidad de vida muy buena, pero sin salida laboral de los jóvenes. A ver si el AVE, o el hacer el aeropuerto internacional, nos traen, o nos llevan.
1 comentario:
Tienes razón. Tantas cenas ahora, que no hay ganas ni de la mitad. Además, luego vendrán los gimnasios, este año dejo de... y esas cosas similares...
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