Cuando parece que todo te ha salido mal, que no ha salido una al derechas, que parece que has estado toda la vida haciendo algo interesante para lograr un fin, y alguien te corta repentinamente el ascenso y te queda en los labios ese sabor de boca tan ansiado de un puesto laboral mejor, o un puesto más alto en la escala de un fin, no tienes más que cerrar los ojos y gritar para tus adentros buscando una respuesta. ¿Qué has hecho mal? ¿Por qué a unos se les trata mejor que a otros? Mundo eléctrico éste de los enchufes… Qué le vamos a hacer amigo… Otra vez será. El caso es que ahora, que más o menos había decidido lo uno y lo otro, me encuentro con la negativa de plaza para estudiar. Y sólo quiero una modalidad a distancia. Pues señores, Oviedo y Salamanca colapsadas… A buscar en otras Universidades menos llamativas y luchar por no quedarme fuera y poder estudiar. Qué curioso… En ciertos países, véase Dinamarca, por poner un ejemplo, se paga a los estudiantes por estudiar, y nosotros, que tenemos que pagar nosotros mismos, no tenemos a veces plazas para hacer lo que queremos… Desbarajustes de gobiernos alternados por una u otra razón que dejan ahora en cuatro los suspensos por promocionar a un último curso de colegio. Conseguir alegrar a los alumnos será la razón, porque un colapso mayor que el de las Universidades será el de ver a los alumnos con asignaturas de primero, y de segundo, jugando unos futbolines y por la calle fumando unos apuntes, mientras un profesor piensa que el que falta está en segundo, y el de segundo, que está en primero. Esto no es lo que era.
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