Después de un tiempo sin escribir, pero sin haber olvidado el lugar de cada letra en este mi teclado negro, lleno de polvo, pues poco uso se dio en estos días al haberme en otros lares de esta mi España, que pese a quien pese sigue siendo una y grande, me dediqué a escribir para vuestro deleite. Hoy mismo tendrá lugar una manifestación en una zona de León que el populacho empezó a llamar “Explanada de la Junta” y por ser luchadores y defensores de lo nuestro y por no llamar así (ya sabemos que lo relativo a Castilla huele mal en ésta ciudad a raíz de un regionalismo no concedido en tiempos de dispersión comunitaria) a una zona más bien pudiente, de guita, de billetes en las carteras de piel y no monedas en los bolsillos de los vaqueros descosidos en los bajos, tras más que una más que acertada traída del ejército a León en el día de su desfile militar antes del verano, ver la cabra de la legión defecando junto al Bernesga y la cara del Rey boca arriba, como poco acostumbrados nos tiene últimamente, los nuevos populares con pancartas, gritos y rodeando la bandera que dejaron los soldaditos reclamarán el nombre de tal espacio como “Plaza de España”. Ya lo canta el himno cazurro, “Sin León, no hubiera España”, y así fue, aunque a muchos les duela y otros traten de taparlo y modificarlo, sin saber exactamente que el pasado es pasado, y poco pueden hacer ya por cambiarlo, pero señores, qué le vamos a hacer si “antes que Castilla Leyes, tuvo León veinticuatro reyes” y si Castilla es llamada Castilla porque los moros llegaban al norte y cada vez veían más y más castillos hechos por lo reyes de León, que no cesaron en dominar y controlar unas tierras que habían de ser cristianas, para que luego los libros de texto aceptasen el pasado como un condado castellano, que al parecer para las nuevas generaciones, lo fue todo, sin hacer ver más que León era la respuesta a una Asturias en expansión, que al llegar a Valladolid dijo “soy grande”, soy el origen de hoy. Qué crimen…
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