Jia
Un caballo encabritado marcó el susto varias veces. En el desfile, ¡jia caballo! y una ochentaidos añera al suelo. ¡Quieeto! ¡sooooo! Tumulto, ambulancia y para el hospital. Todo siguió al momento. Iba con calma y tranquilidad, qué bonito, el desfile de San Froilán, con sus carros engalanados, con sus pendones, ¡más de doscientos tú! y el caballo de antes, que ya iba con el susto en el cuerpo, al entrar en la Plaza del Grano, quizás por llamar la atención en esa plaza tan poblada en estas fiestas, y desatendida el resto del año volvió a encabritarse, ¡so caballo, soooo! Caballo y carro al empedrado. Al suelo las vallas, la gente a un lado… Un show tradicional. Costumbres cazurras, pensaban los turistas. Otra ambulancia y otra ochentaidos añera al hospital. ¡Ay qué disgusto! Luego aquellos bueyes que se acercaron al público... ¡Pánico, pánico!
Jondo
Sigue coleando el asunto de la alemana que fue al rescate de unos amigos americanos, navaja en mano, que se peleaban con unos maragatos venidos a León de fiesta. ¡Toma ya, a lo loco! A tomarse unas tapas, unos vinos, unos cachis y unas copas. Dicen algunos que la bravuconería hispana, ole yo y fuera el guirismo en pleno auge de alcohol en mente, los llevó a increpar a los del país de Obama, y pis pas, al suelo, carreras y la alemana al rescate puñal en mano. Como una portaestandarte. ¡Al ataqueee! Otros cuentan que los del país de Alfredo Landa vieron a las guiris y ya se sabe, y que por defenderlas los puritanos americanos se lió parda. ¡Qué tema! Unos al hospital, los otros detenidos, la parienta de la Merkel pagando fianza pero sin salir nadie del país, que os tenemos controlados. Ya escuché por ahí… “la vamos a sacar lo que nos sacan al resto los alemanes”.
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