miércoles, 12 de febrero de 2020

Panta rei amigo Sancho


Mucho tiempo ha pasado desde mi último post. Unos meses  inmerso en patear Milán, disfrutar enseñando a jugar al fútbol a mis Prebenjamines y potenciar el trabajo para dar más opciones de ocio y tiempo libre a los jóvenes de Villaquilambre. Apartado de la opinión social,de los debates políticos, de las críticas al cine, de las reseñas a la literatura...y no por ello ha parado de suceder. Panta rei, amigo Sancho. Ladran, luego cabalguemos.

Porque la trama familiar de los Skywalker finalizó y quedamos huérfanos de los de antaño. Unamuno nos enseñó la Salamanca de inicio de la Guerra, a Franco dentro de la gran pantalla y fuera del Valle de los Caídos. El clima definitivamente está cambiando y enero fue catastrófico. Porque en febrero no hay nieve en Maraña. Porque la Manga del Mar Menor colapsa cada pocos meses. Trump resiste a su impeachment (como Underwood en House of Cards). Y el coronavirus se expande cual pandemia de cine (en palabras de Piqueras) apocalíptico.

Porque hubo cambio de Gobierno, con noche de insomnio del Presidente, que ahora tendió la mano e invita a una finca manchega a un encuentro toledano. ¡Qué amigos somos todos! Porque la derecha irrumpe con fuerza, con desbandadas y fichajes entre colores, hundimientos que provocaron la caída del líder joven, y gaviotas que van a morir al mar aparentemente sin un rumbo y manteniendo vivo un viento fuerte, desde la zona de ultra-mar: Maduro, Guaidó... En trama regional se busca el Lexit. En nacional marean los catalanes, y en noticia internacional goodbye inglesitos, goodbye!

Los Goya tendieron su alfombra roja a un Almodóbar que recibió demasiado frente a Amenábar, pero al que los parásitos coreanos le amargaron la noche americana. Esa misma luna y lugar, en festival de mi tocayo, que no supo premiar la innovación de Klaus ante la ya muy repetitiva Toy Story 4 (tema a parte de que en Hollywood no mola Netfix y se luchaba contra Disney...). Y aunque los ingleses sí lo vieron en sus Bafta... la Academia de Viva España, ¡Vi-Va! no. Y los españolitos a lo nuestro, a la Rosalía, tra tra y a la verbena... y a unos premios Odeón, de la música, que dieron pena en cuanto a acústica y sopor. Era digno quedarse a verlo para ver qué pifia era la siguiente... Mucho nos queda por aprender en cuanto a espectáculos grandiosos... como para ganar Eurovisión... 

Y estos días le he atizado a la pasión de la escritura de la que algún día os daré cuenta, porque aunque no haya líneas en este blog, sí que las hay en mi memoria, y la aventura de fantasía por donde divaga mi mente en los últimos años va teniendo forma. Ilusionado además por encontrar aquí al lado a amiguetes que también escriben, que ya han publicado y que les apasiona más que a mi eso de charlar y hablar de mundos muy alejados del Ordoño ahora paseable, de mi León Solo...