sábado, 26 de enero de 2008

Traer lo que otros niegan

Llevabas un tiempo sin acercarte por aquí. Más que nada, venías porque andas liado en un proyecto guapo. Te enteraste de que se buscaba una sede que organizase un evento europeo, de esos que traen dinero y gente de nombre extranjero. Sabes que dicho evento en su vez anterior fue en Belgrado, en una renaciente Serbia, y quieres aupar a León a un escalón superior, como siempre haces, aceptando cosas y trayendo eventos que dejen atrás las pretensiones de unos centralismos autónomos que dan a Pucela lo que no pudieron mantener, (y por decir un ejemplo cuento de una sede de AEGEE).
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La buena de Virginia Pañeda, de la que alguien escribió “El mundo seria más tolerante si fuese gobernado por gente como ella”, asturiana, y que se nos va a Nueva Zelanda en menos de un mes, te tiene la cabeza loca, no el corazón, que sabes que tu mitad te llega en unos días, pero no cesa la de Oviedo de corregir tus proyectos y de comentarte todas y cada una de las razones por lanzar a Bruselas una candidatura amable y generosa en logística. No serás más que el coordinador del evento (como si fuese poco) pero intentarás traer a cerca de cincuenta personas a tu cuidad. Junto a miembros de otras sedes, se acercarán (pero sólo de fiesta) tus amigos del norte, no lo dudarás, y algunos del sur, que aunque lejos, de vez en cuando se dejan caer por estas montañas… De profesor aquí no vales, se busca algo más extranjero, así que vendrán esos de la Academy, de la Education Working Group y esas comisiones que suenan a renombre, pero que traen gente con ganas de hacer realidad eso que salió en prensa y televisión, sobre una Europa sin barreras.
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No sabes por qué estás tan metido en todo esto, tú, que hasta hace un par de años no sabías más inglés que el anuncio de “Muzzy” o algún estribillo (que no te lo pidiesen escrito) de alguna canción super famosa. A saber cómo se escribía “Wannabe”, o qué quería decir “Quit playing games with my love”. De repente te das cuenta de eso, esta semana misma, sumido en los precios de una residencia universitaria que tildas como cara, pero aceptable para un evento de éste calibre, que vendrá con unas arcas de oro fundido de alguna pertenencia de algún tercio caído en tierras de Flandes. Chico, dónde te estás metiendo… que dejaste de ser el Summer Responsible (tras dos años) para estar más tranquilo, y estás luchando por traer a la plana mayor de Europa, a lo mejorcito de éste continente para que explique en tu cuidad cómo se realizan los campamentos de verano de la Asociación de estudiantes más grande de Europa.
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Y justo, para hacer el proyecto mayor, te empeñas ahora en hacer un Local Training Course para socios de aquí o de allí, para explicar qué es AEGEE, cómo trabajamos por aquí y para enseñar tú mismo a un nivel local, aquí eres muy válido, allá de los Pirineos te dejas ver alguna vez en plan profesor, dando una charla sobre España en una Academia de Español en el centro de Atenas, enseñando juegos de esos que se dicen en inglés “Ice Breaking Games” (no los famosos del hielo o limón), pero otros de conocer el nombre de tus compañeros de curso, o en una ocasión, por cerrar los ejemplos, haciendo de Presidente de la Comisión Europea en una dinámica en Grecia.
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Aquí en la ciudad de “Sotas, Caballos y Reyes” enseñas a organizar un viaje por ejemplo a Andalucía, de cinco días, y con cien personas de diferentes culturas, religiones… o a las Fallas y que nadie salga chamuscado pese a volver con más alcohol en el cuerpo que una destilería, o a no perderse en el ensanche de Barcelona… A todo ello le sumas tu locura de hacer otro evento de dos días, porque éste del 17 de Febrero te suena a poco, y así en uno futuro, a finales de Marzo, los nuevos puedan aplicar lo aprendido, y atender a temas de organización de los campamentos de verano, campaña de captación de socios, notas de prensa… y mostrar tu sede leonesa como un referente de Formación en España, apostando por traer aquello internacional del principio. Además fijaste que tu ONG de Entreculturas apoyará desde León y en dos años, un proyecto para unos campos de trabajo en Albania, que bueno, allá donde trabaja el jesuita Padre Joaquín. Ya era hora de fijarse desde ahí hacia Europa, porque no sólo hay desigualdad cruzando el charco o el Estrecho.
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Un par de exámenes de Medicina te suben la moral con un 7,8 y una más que aceptable R.C.P. a tus compañeras, motivo de fiesta y de descanso para que hoy por la mañana atendieses a la disolución y nueva puesta en marcha del Conceyu de la Mocedá de la Ciudá de Llión. Vaya semana que llevas. Toca salir de tapas y un par de sidras como viene mandando la tradición de tus amigos los sábados, para caer en el pozo del bar más “ratonera” de Erasmus de León. Ya están soltando el queso los buitres.

jueves, 17 de enero de 2008

Grajos o palomas

Cuando el grajo vuela bajo… Esto lo podría haberlo dicho el bueno de Sancho en una de sus míticas frases, y erigiéndose como el primer personaje español que recitaba sabiduría popular y refranero de la época que aún llega hasta nuestros días. Estamos hablando de hace más o menos 400 años. Podemos jugar con esa frase, algo que vimos ayer. Podemos pensar que los grajos son gaviotas, y que carajo se escribe con “Jota” de Rajoy (por seguir la similitud del lema de “Con Z de Zapatero”). No se me quita de la cabeza, esa cara descompuesta, con una barbilla compungida tras la barba al saberse perdedor de unas elecciones en las que se presentaba como virtual ganador. Eso hasta un momento clave, el 11-M, que cambió la cruz en los papeles de las urnas. Y es que en aquellas elecciones, Mariano Rajoy, que estudió en mi mismo colegio y recibió clase de algún profesor también mío, dijo adiós a poder vivir en la Moncloa.
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Entró entonces Zapatero, que a bien, estudió e hizo la comunión con mi padre, y desde entonces le atiza sin tregua, sin razón, y es que a veces, cansa. La que más, aquella vez que el Presidente defendió a Aznar, cuando las voces del Rey a Chávez, si, pues dijo que no era para menos, y que es culpa del PSOE el haber llegado hasta ahí… (se le debió olvidar aquella foto de José Maria en las Azores…). Luego, por hacerse no se sabe si con más votos, ya que cada vez menos gente marca la casilla de la Iglesia en la contribución (y ya está por menos del 25%) y proclamó que su Partido Popular era católico. Su logo, palomas, como la de la Paz... pero que en este invierno vuelan bajo, a punto de estrellarse, así que grajos, negros como sotanas . Así ha ganado a toda la comunidad eclesiástica, a los beatos de costumbre y unas cuantas familias, pero a algunas de ellas se las cargó ayer, cuando no dejó a Gallardón presentarse en las listas del PP como diputado.

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Algo huele a podrido en Génova, 13. (No la Rue del Percebe). Algo ha tenido que pasar entre ellos, porque hubo una algarabía tal que cuenta más o menos que Esperanza Aguirre anunció que de ser así, ella abandonaría la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Y el de barba, viendo el buen trabajo en Madrid de ambos, pese a gobernar el partido rival, dejo las cosas como estaban pues son dos personas poderosas. Tanto, que el que se perfilaba como sucesor de Rajoy en el mando más alto del partido, el bueno de Gallardón, se ha quedado triste, dejando muchas caras tristes en mi memoria y todas del PP, con la alegría de la mujer, que no logra grandes méritos, pero tampoco su compañero. Hace un frío del carajo en el seno del PP, y costará tanto calentarse, que a bien seguro pasará factura en las urnas.

lunes, 14 de enero de 2008

Visitando la European School

Estuve por Oviedo este fin de semana. Si, de nuevo en Oviedo. Pero esta vez el motivo iba más serio que veces anteriores, aunque la juerga se superaba por momentos y las caras alrededor de esos mareos típicos tras marcar 121 culines de sidra en mi mesa del Master cerca del Campoamor fuesen los mismos que otras veces. No he de decir que fuese mesa individual, o mesa con un par de amigos, pero si que apresentábanse en ella gentes hispanas entre los que destacaron pulsando el botón Chema y Melou como cabecera junto a la boca escupitória, Alberto y Jorge de Santander, que les va eso de hincar el codo en fiestas aegeras, y Víctor, Javi y el que escribe por parte de León, que bien conocemos el arte curativo de la sidra (entre otras, es fruta y cura las penas).
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Habíamos llegado el viernes, donde nos recibieron en una de las aulas de la antigua universidad, ahí, de la Gorda, subiendo hacia la Catedral, en ese mismo edificio iluminado por focos desde el suelo, donde aparece un “400” por el aniversario de la Universidad en Vetusta, y que bien sirvió de bromas contando de que si eran “300” los espartanos, “400” son los asturianos… Entre otros, Antonio Masip, que fue alcalde de Oviedo al poco de nacer yo, y ahora es eurodiputado, una persona entrañable, que ha vivido y del que se aprenderían más de un par de cosas en cuanto al mundo de antes y actual, una responsable venida del propio Ayuntamiento, el vicerrector de Extensión Universitaria, Javier Mato y Enrique Pañeda, profesor de Económicas y director del Centro de Documentación Europeo de la Universidad de Oviedo, con quien pude hablar durante la cena y con el que estuvimos debatiendo los problemas de León y su proximidad a Asturias, así como el buen trabajo de AEGEE como asociación europea.
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Una cena posterior en un restaurante de un chico que dicen fue compañero o discípulo de Ferrán Adriá, animó al gentío, personajes venidos de toda Europa, que han estado del 4 al 13 de Enero de 2008 interactuando y aprendiendo a trabajar en equipo, utilizando medios que aplicar en eventos en sus propias asociaciones y sedes del viejo continente. Un sábado de paseo por Parque Principado, Ikea, perdiéndome en la librería de Fnac (cayó al bolso “Una breve historia de casi todo” de Hill Bryson). Una subida al Cristo, que no es de Río de Janeiro, pero se asemeja, y al que no subía desde que la prima Charo, aprovechando una visita nuestra hace unos años, aquellos en los que se dejaba ver por Navatejera, dejó allí unas flores por estar oteando siempre desde allí la ciudad el tío Jesús, el de “Me cagüen la pastora”. Una parada abajo, en San Miguel de Lillo, y bajando más en Santa María, explicando al bueno de Testera las claves básicas para entender las razones arquitectónicas, y el por qué de esas formas a sabiendas del tiempo en que fueron construídas y quién era Ramiro I. Aunque quizás él prestaba más atención a una rubia americana que se dejaba hacer fotos por aquella ladera del Naranco. Luego paseo y despedida de él y Jorge en la estación de autobuses y camino del restaurante que otrora presenta serpientes en Gascona y del que ya di buena cuenta.
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Domingo relajado, a dormir la fiesta de “Mon” y “Sal si puedes”, despedida de la buena gente ovetense y hecho realidad que la prima y yo tenemos problemas para encontrarnos y vernos media hora, así que autopista a León, porque hace mucho frío, y Pajares en estas calendas siempre tiene nieve.

lunes, 7 de enero de 2008

Le llamaron para...

Le llamaron para unirse a un grupo de discusión. Le llamaron dos días antes, con lo que se aventuraba como algo serio. Algo de importancia. Lo comentó con su padre, y le invitó a asistir a esa serie de reuniones. En León no hay muchas, y quizás pensó que ahora, sin régimen que cancele éste tipo de encuentros, sería una oportunidad para seguir creciendo. Él antes no pudo hacer eso, e invitaba a su hijo a hacerlo. Así que el joven, llegado el día, contactó con otro que en una charla telefónica, le averiguó también como invitado. No era una presentación de libros, válgame que pocos escogen León para ello, y no habría cabida para la política, aún sabiendo que varios de los que allí estaban participaban de encuentros de jóvenes y redes políticas extendidas por la ciudad. Al ir viendo las caras intentó de descifrar los motivos y estudios de cada uno, y si ellos poseerían un blog mínimo o web de donde leer sus pensamientos tras el debate. Una cámara de video inmortalizó el evento, y con unas cervezas y unos polvorones, alternados con palomitas sin sal, y patatas y galletas de bote típico de cumpleaños empezó aquello que decaía más y más de aquella esperanza por ver algo de más consistencia que la que se presenció. Hacinados en una cocina de una casa pudiente del viejo reino, casi enfrente de donde estuvo encarcelado Don Francisco, (ese que nos hicieron ver que era amigo de Alatriste), por unas letras algo desafortunadas, nada mejor asimiladas que en plena batalla de las Dunas que llamaron, cerca de Inglaterra, entre españoles y holandeses en el transcurso de la guerra de los Ochenta Años… pero esa era otra guerra, ahora éstos la libraban contra una profesora de Económicas, como el otro, que en un festival satírico consiguió que el nuevo rey, Felipe IV, bajo su servilleta, leyese aquello de “Católica, sacra, real Majestad”, que enojó al monarca tanto, que lo envió a la torre aquella de donde dijo que León no era más que un río y cuatro casas, aludiendo al actual barrio del Crucero y Pinilla… Con lo cual, el debate sucumbió en el tiempo, siendo todos de la misma opinión y sin crear demasiada polémica. No había chicha. Sólo calma. Habrá que prestar atención a las páginas de Cultura, donde se ofertarán debates, charlas de poca trascendencia… pero poco a poco, ya que ésta batalla, la perdimos. Como España.

jueves, 3 de enero de 2008

Mi estanteria

He echado la vista atrás. Aquí, tras la silla que ya suena, que ya ruge, porque paso aquí más horas que en el salón. Aquí chateo, aquí leo, aquí estudio… Decidí olvidar la tele, ya en tiempos de cuidado de patio escolar, y sólo me aferré a la tele para ver las noticias de las 21:00 y alguna serie, que bien sería “Cuéntame”, o bien “Aída”. Nada más. No hubo siestas a no ser por estar malo, y sí hubo lecturas en el ordenador. Una completa gama de lecturas de noticias de todo tipo, pero de economía las menos, (aún así escuchabas al volver a casa por la noche la Brújula) por no entender mucho de números y haber sido toda tu vida de esos que dicen “soy de letras”. Aún así, hiciste Matemáticas II, que no griego, (vaya cosas) si, esas que son más fáciles… claro, por eso no me dan pie a ingenierías... Integrales, derivadas y su familia a partir de Noé, pues fue el primero que calculó, digo yo, un par de animales de cada especie, o el otro loco, Arquímedes, si, el de la bañera. Me gustaban más las historias de los matemáticos que las propias “matracas”. Aún así, y como mandaba Don Esteban Sánchez Álvarez, el gran profesor y único bueno a mi entender, en toda mi carrera, “hay que leer, hay que leer y hay que leer para saber de todo. Pocas cosas son más bonitas en la vida que dar respuesta a alguien que pregunta”. Por eso se inculcó en mí, día a día y con la edad, el valor de la lectura. Cayeron éste año varios libros, de grata lectura, y otros que dejé a media por aburridos, pero con deseos de retomarlos y acabarlos algún día, como si de una carrera se tratase, en la que luchas por llegar hasta el final. Releíste la Trilogía de “El Señor de los Anillos”, además de descargarte en vídeo las versiones extendidas, (cual friki) si, si, los tres más el “Silmarillion”. Si esto fuese poco, compraste “Los hijos de Húrin”, y te saciaste de Tierra Media, a sabiendas que dejaste la relectura de "El Hobbit" para otro tiempo. Quizás por eso te parecieron extensas las “Memorias de Idhún”, y quedó a medias... “Las Crónicas de Narnia” te parecieron para más niños, por eso no superaste el primer tomo, ni tragaste la película. No te gusta la gama de “Harry Potter”. Algo leíste tiempo atrás y nada como ver a un Ent hablando (ni el león, ni los de Hogwarts te conmueven). Quizás por eso compraste "El Bestiario" de Ferrer Lerín, pero ahí está, esperando que lo manosees y destripes. Llenaste, eso si, tu cabeza con elfos y leyendas, y releíste, hiciste bien, las “Leyendas” de Bécquer. Cuánta diferencia. Tu mundo se movió entonces a la época romántica, y “El Alcalde de Zalamea”, de Calderón de la Barca da nota de ello. Atacaste a su amigo, "El Capitán Alatriste", por fin, que tienes todos, pero que no sigues muy bien. El teatro te gusta, pero te llena, ya viste que con “Hamlet” y “El Rey Lear” fue suficiente Shakespeare para el 2007. Otro de años románticos como “Los tres mosqueteros”, de Dumas padre, te cayó en las manos tras ver de nuevo "El Hombre de la Máscara de hierro", y tras la de "Piratas del Caribe 3", te dio por “El Corsario Negro”, de Emilio Salgari (el de "Sandokán", pero demasiado pirata junto). Por confusión te llevaste a Grecia en uno de tus viajes de donde trajiste y fulminaste tu mente, “Mitología Griega” uno fino, “El Prisionero de Zenda”, pero te parecieron tantas casualidades en el libro de Anthony Hope, y todo tan previsto, que llegaste sin ganas al desenlace. Quizás algo de culpa la tuvieron “Los Viajes de los Argonautas”, las historias en “La Guerra de Troya”, o simplemente, la vida de Zeus, Hera y toda su estirpe. Aprendiste en desconfiar y releer buenos recuerdos por saber si ahora los ves igual que cuando son obligatorios, y al viaje de Noviembre te llevaste “Un Mundo Feliz”, de Aldous Huxley, porque querías recordar aquellas cadenas de montaje (¡Por Ford!). Visto el porvenir de los blogs, anotaste un par de ellos. El de César, “Las Batallas del Abuelo”, y el de Luis Simón, “Buridán, comentarios no demasiado íntimos”, con caída linkeada desde ahí, de vez en cuando al “Dura Lex” de García Amado. Agregaste a los primeros en tu blog, porque son realmente buenos, y cercanos. El otro es demasiado para tu "Ordoño IX, visiones de un rey sin Reino" que rebasó al primigenio "Vytautas el Grande". A modo de cartas y ensayos, leíste en las mañanas del campamento de verano en el Colegio “Los Idus de Marzo”, de Thornton Wilder, un repaso de unas cartas de Julio César hasta su muerte, para hacernos idea de aquella época de misterios, cicuta y apuñalamientos en el propio Senado, como en la película de “300”. Leíste también el cómic, con gran aceptación de las viñetas, incluso en Atenas lo tuviste en tus manos, como “Crónica de una muerte anunciada”, en griego, extraordinario, de García Márquez, que te situó en cualquiera de aquellos pueblos de Sudamérica, con muy buena lectura y con la muerte de Santiago Nasar sabida desde el comienzo. A España y a tu ciudad te trajo un relato de leyendas y pasajes de diferentes zonas de León, que García Trapiello juntó en el libro “Una ciudad de sotas, caballos y reyes” animado a ello por amigos tras hacer de guía en una reunión de escritores en la capital del viejo Reino. Por cómic continúas con la desgana por "Tintín" y te cebaste varios días con unos números de "Astérix", con recuerdo al viejo "Super Humor" de tu estantería, con varios de "Mortadelo y Filemón", "Zipi y Zape", "El Botones Sacarino" y "Rompetechos". En los últimos días del año, te las viste con un enigma en Milán, como aquel a principios del verano, y es que en “La Cena Secreta”, Leonardo de Vinci escondió unos enigmas que Javier Sierra describe de manera generosa. Ahora tienes en tu cabecera “La reina sin nombre”, de María Gudín, una de godos y bárbaros en tierras de Galicia y Asturias. Algo de eso que andas tramando en tu extraña cabeza y que día a día das más forma, pero sin saber si un día te levantarás y arrojarás todo al fuego de tu Monte del Destino particular (Pico Correcillas, aquel al que miras a lo lejos de León por ver que allí hubo también historia entre el frío y las nieves) o dejarás todo en Babia, (como los antiguo reyes de León), reposando del ajetreo de la vida. Lo que lees ahora te recuerda mucho al “Clan del oso cavernario”, “El valle de los caballos”, “Los cazadores de mamuts”… de la saga de “Los Hijos de la Tierra”. A ver si éste año se presenta tan bueno como el anterior y no hay que hacer mucha quema al estilo de “El Quijote”.

martes, 1 de enero de 2008

Chocolate con churros

Un chocolate calentito y unos churros untados de grasa, granos de azúcar y rayados, permitiendo jugar así con el borde de la taza. Unos ojos medio caídos de sueño, y unos amigos alrededor, en una mesa redonda del restaurante de un hotel. Así empezó el primer amanecer del 2008. La noche elegante, con traje los más clásicos, nos dejó toda clase de aperos en nuestro aparentar sereno versus festivo. Una cuelga hawaiana en los primeros compases de la noche, alternada con unos gorros de imitación china, otros cual auténticos talibanes… Para cambiarlos luego en la multitud alcohólica-festiva por unos gorros de papá Noel de colores varios, como para jugar al parchís. Ayer no contamos veinte. Ayer no comimos más que los churros. Eso, y una buena cena en casa con la familia. Todo estupendo. Todo en su punto. Barrigas rebosando el cinto y un frío en estas tierras del viejo reino. Una buena capa de hielo que se iba posando en lo inerte y una sensación similar a la nieve según dijeron en casa. Eso fue la noche. Familia, cena, y un buen rato con los amigos, celebrando la venida de un año más, un año que nos dejará más viejos, y que a saber si depara suerte o nos manda a freír los churros el próximo día de San Silvestre.