viernes, 14 de junio de 2013

Lean, lean y no se conviertan en Hodor



Lean. Lean. Siéntense y lean.

Desde el domingo las redes sociales bombardean (más que nunca) con info y datos de la serie más aclamada en tele: Juego de Tronos. Tranquilos que no os desvelaré nada nuevo. No habrá spoilers en este artículo.

Si bien la serie ha tomado el título de la primera de las obras que George R.R. Martin aglutina en la saga Canción de hielo y fuego, todo el globo mental del creador de los Siete Reinos y todo el vasto territorio donde se asientan las ciudades libres, se hace más y más famoso gracias a la serie televisiva, ligeramente diferente a lo que se cuenta en los libros.
  
Es gracioso ver por Youtube la cara de la gente que se ha grabado viendo los últimos 5 o 10 minutos del episodio noveno, el de las Lluvias de Castamere, penúltimo en esta 3ª temporada. Las reacciones son diferentes, dependiendo de los que ya conocen la historia o los que no tienen ni idea. Pero curiosamente no hay ningún vídeo de esa gente que leyendo descubre una u otra de las escenas, y creedme, en el libro hay muchos más detalles y cuestiones jugosas entre medias.

Por eso animo a leer. A leer. Aprovechad el tirón de la serie para adelantarla, para adivinar lo que pasa a cada uno de los personajes más allá, dónde están, dónde quedan, qué será lo siguiente, y descubrir luego, a través de la caja tonta, el enfoque que dan a las historias de los Stark, de los Lannister, los Tully…

Es inevitable pensar en una Madre de dragones diferente a la rubia de cejas oscuras. O a una Sansa pelirroja diferente, o un Tyrion más alto o bajo, o un Sam Tarly menos gordo, aunque en el libro aún lo es más…

Leed, leed y leed porque “En este mundo, cuando juegas al juego de tronos, o ganas o mueres”. Esta canción de hielo y fuego se merece ser leída antes de verla en la tele. Si no todos seremos un Hodor cualquiera.

Hodor.

lunes, 10 de junio de 2013

Mercado artificial mientras se tapan Lancia y Puente Castro, ¡qué contradicción!




Ave. Hoy se cumplen 1945 años del Natalicio del Águila, aunque en plural lo decimos hoy en día. 1945 años de la fundación de la Legio VII que luego de viajar a tierras itálicas y centroeuropa, a orillas del Danubio, regresaron para quedarse y apellidar al enclave Gémina y Pia Felix. Tiempos de Galba, tiempos en los que dominar y controlar las mayores minas de oro de todo el imperio romano eran esenciales. La única legión en el interior del propio imperio, y no en límites y fronteras se cargó de ingenieros y arquitectos. Había que unir y controlar Las Médulas, aprovechando que por medio estaba Astúrica Augusta. Además estaban por aquí los de la Legio VI Victrix, puramente militares, que llevaban desde el año 20 o 15 antes de Cristo asentados por el lugar que más tarde ocuparía la catedral.


Los romanos se expandían. Pero a más terrenos, más soldados, más gastos y más soldada, y no bastaba sólo con dar tierras a los legionarios retirados. Había que comprar y gastar, y aquel oro que llegaba a Roma por cualquiera de las vías del imperio se fue repartiendo a los lugares conquistados. Roma dejaría de recibir todo el precioso metal de las minas bercianas a la vez que se iba debilitando. Los bárbaros (o simplemente, no sometidos al poder de los romanos) se iban haciendo con el control de las tierras lejanas a las que llegaban menos ayudas de la capital, y a su vez conseguían ese oro que se había ido repartiendo por todas partes sufragando gastos.

La decadencia llegó al imperio, y a partir del siglo III la legión había dejado vacío el campamento, ocupándose entonces por mercaderes y población ad legionem, que hasta entonces vivían por la zona de Botines, Santo Domingo, Ordoño II…

1945 años después de aquello de Galba, el Ayuntamiento de León celebra dicho nacimiento. Bravo, me encantan estas cosas históricas. Quiero más, más. Se atrae turismo, la ciudad vive otro aire, es un atractivo y se recuerdan pasajes de nuestra historia. Un mercado artesanal que poco tiene de romano, pero que luce en un domingo soleado. Quitémonos hoy el sayo, que mientras se celebran mercados con venta de la espada de Frodo, parrilladas delante de Cáritas y exposiciones por el sarao de las águilas, se tapan los restos auténticos de Lancia y Puente Castro… y no hace si quiera dos semanas de aquello… qué contradictorio, ¿no?

miércoles, 5 de junio de 2013

El parque Gezi, los turcos también se indignan


No entiendo mucho sobre el problema turco. Habría que indagar a fondo pero entre lo que unos dicen, uno lee en los muros de amigos de Facebook y aquello que se entiende o entre ve por un sitio u otro, es que en un parque de Estambul, el Gezi, allí en mi bonito barrio de Taksim por el que circula un tranvía de los de antaño, quieren poner un Centro Comercial. Eso conlleva la tala de árboles y la eliminación de un pulmón de oxígeno en pleno centro. 

Algunos defensores salieron a defender la zona verde y se liaron a palos con los policías. La noticia corrió como la pólvora, como la llama perdida de verano en cualquier bosque seco mediterráneo, y al día siguiente los protectores del parque se habían multiplicado por cientos y por miles. La policía volvió a enfrentarse a los que aquí llamarían perroflautas del 15M, los de las Cinque Stelle de Beppe Grillo en Italia y crispados en Grecia y Chipre. Las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo a la masa social. La solidaridad llegó también a otras ciudades turcas que salieron a la calle como símbolo de protesta y Facebook, Twitter y la prensa se incendiaron.

Las quejas se dirigen al Gobierno turco, que dirige el país gracias a unas décimas a su favor tras las elecciones. La oposición ve en estas protestas una oportunidad de auparse con el poder, apoyando su crítica en el extremista posicionamiento islámico del líder turco en una sociedad que dio años atrás (con Ataturk) un giro hacia occidente y que se plantea una y otra vez su entrada en Europa. El revuelo sigue en Turquía. Una semana de ocupación, #occupygezi y otros tantos… Otro país mediterráneo con su masa social crispada. ¡Bendito Mare Nostrum!