lunes, 18 de febrero de 2013

Un panal de rica miel y las moscas papables



Estamos en una Cuaresma atípica, infundada en una fe carente de liderazgo después de la revelación en latín del Papito Benedicto en una sala en la que sólo un periodista se enteraba de lo que estaba diciendo. La Iglesia Católica rumorea fechas y arzobispos tuneados y papables se lanzan a los medios y los medios los buscan sacando titulares y letras con que llenar unos espacios de prensa que son las alternativa amable entre tanta farsa, circo y fraudes de los ricos. 

Y en éstas estamos cuando leo las declaraciones del mexicano Héctor González Martínez, Arzobispo de Durango, diciendo que elegir ahora un Papito negro sería dar la razón a Nostradamus, y un Papito negro no sería más que “una mosca en la leche vaticana”. “Mosca”, dice… “mosca” y me vienen a la mente aquellos versos de Samaniego y que recito de memoria… 

A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que por golosas murieron,
presas de patas en él.
Otra dentro de un pastel
enterró su golosina.
Así, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina. 

Un buen puesto espera al elegido. Sí. Liderar y gobernar un panal que aguarda sólo a unos pocos que seguro trabajan día y noche, que tienen un programa de presiones y convicciones, unos seguidores, unos escarabajos peloteros a su alrededor intentando convencer (como también hicieron los de “Lincoln”) a otros votaPapas, para que, cuando entren en la Capilla Sixtina, "su" nombre y no el de otro sea el que han de escribir en los sobres papales. 

Todo esto y mucho más pasa, mientras el Camarlengo (y no puedo ponerle otra cara diferente a Edward McGregor) trata de aplacar los focos y especulaciones sobre una secta, ente, farsa, burla… llámalo como quieras… que perdura con su panal y sus mieles en pleno siglo XXI.

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