domingo, 4 de febrero de 2018

Lucha por la supervivencia


Agazapada. En silencio. Escondida entre las pocas hierbas que sobreviven en aquella pradera. Todo es yermo. Amarillo. Casi se ha secado la laguna y las lluvias hace varias semanas que no caen. Hay sed, pero la noche también es peligrosa, así que decide ir a beber a plena luz del día. Espera. Calla. Necesita beber, pero el riesgo es real. Hay depredadores cerca. Lo sabe. Tiembla. Mira a los lados pero solo ve rastrojos y sombras. Tiembla de nuevo. Esas sombras que tanto teme. Esas sombras que se llevaron por delante a su pareja y a una cría. Mueve las orejas. Las moscas no la molestan. Trata de escuchar qué raya al viento que no llega limpio. Espera. ¿Qué fue eso? Solo una hoja… ¡Una hoja que alguien ha pisado! Se levanta y sale corriendo en cualquier dirección. Siente el riesgo que se aproxima más rápido que lo que ella puede correr. Corre, corre. Piensa en la cría que aún conserva. No puede dejarla sola porque tan pequeña morirá. Tiene que librarse de aquello y volver con la pequeña. Gira rápidamente. Ve de reojo una zarpa, un león, no, unas manchas ¡Un guepardo! ¡No, que no sea un guepardo! ¡Te ganará en carrera, morirás!. Gira de nuevo, salta un tronco seco. Mira de nuevo, no tiene manchas. Una leona. Una leona. ¡Peligro, las leonas no cazan solas!. Oye un rugido a un lado, ahí viene la segunda. Corre, corre. Corre intentando librarse. Huir de esas fieras. Ahí viene la segunda, gira de nuevo, salta, salta más alto. Todo fue por acercarse a beber agua, pero no podía esperar a la noche. Se lastima, las fuerzas comienzan a flaquear. Ahí en frente ve otra sombra. Ya son tres contra una. Frena, la tiene de frente, la otra a la derecha. ¿La otra? ¿La otra? Una zarpa la tumba de costado. Ahí estaba la otra. Siente otra zarpa en su cuello. Ha sido rápido. No había salida. Está tumbada en la tierra. Siente ahora la dentellada caliente de una leona. ¿Era su boca o era su propia sangre lo que estaba caliente? Siente otra dentellada en el lomo. Las patas traseras aún se mueven. Piensa en su cría. La vista pierde su brillo. Pronto acabará todo. Pronto.

De la tarea: Describir un momento de tensión, de duda, amenaza, dolor, espera... de apenas un minuto, y con cambios de ritmo mostrando el titubeo, los gestos nerviosos, la indecisión... 
Curso de Escritura, nivel básico de la ULE. Imparte: Manuel Cuenya.

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