lunes, 10 de junio de 2013

Mercado artificial mientras se tapan Lancia y Puente Castro, ¡qué contradicción!




Ave. Hoy se cumplen 1945 años del Natalicio del Águila, aunque en plural lo decimos hoy en día. 1945 años de la fundación de la Legio VII que luego de viajar a tierras itálicas y centroeuropa, a orillas del Danubio, regresaron para quedarse y apellidar al enclave Gémina y Pia Felix. Tiempos de Galba, tiempos en los que dominar y controlar las mayores minas de oro de todo el imperio romano eran esenciales. La única legión en el interior del propio imperio, y no en límites y fronteras se cargó de ingenieros y arquitectos. Había que unir y controlar Las Médulas, aprovechando que por medio estaba Astúrica Augusta. Además estaban por aquí los de la Legio VI Victrix, puramente militares, que llevaban desde el año 20 o 15 antes de Cristo asentados por el lugar que más tarde ocuparía la catedral.


Los romanos se expandían. Pero a más terrenos, más soldados, más gastos y más soldada, y no bastaba sólo con dar tierras a los legionarios retirados. Había que comprar y gastar, y aquel oro que llegaba a Roma por cualquiera de las vías del imperio se fue repartiendo a los lugares conquistados. Roma dejaría de recibir todo el precioso metal de las minas bercianas a la vez que se iba debilitando. Los bárbaros (o simplemente, no sometidos al poder de los romanos) se iban haciendo con el control de las tierras lejanas a las que llegaban menos ayudas de la capital, y a su vez conseguían ese oro que se había ido repartiendo por todas partes sufragando gastos.

La decadencia llegó al imperio, y a partir del siglo III la legión había dejado vacío el campamento, ocupándose entonces por mercaderes y población ad legionem, que hasta entonces vivían por la zona de Botines, Santo Domingo, Ordoño II…

1945 años después de aquello de Galba, el Ayuntamiento de León celebra dicho nacimiento. Bravo, me encantan estas cosas históricas. Quiero más, más. Se atrae turismo, la ciudad vive otro aire, es un atractivo y se recuerdan pasajes de nuestra historia. Un mercado artesanal que poco tiene de romano, pero que luce en un domingo soleado. Quitémonos hoy el sayo, que mientras se celebran mercados con venta de la espada de Frodo, parrilladas delante de Cáritas y exposiciones por el sarao de las águilas, se tapan los restos auténticos de Lancia y Puente Castro… y no hace si quiera dos semanas de aquello… qué contradictorio, ¿no?

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