martes, 6 de octubre de 2015

Pon una sonrisa


Agotado, con pesadillas, soñando con quien no deseas, tíos raros, tipas extrañas, gente que son de un hola y hasta luego, que a veces pretenden ser majas, majos, y que cuando te giras te la clavan, que no les importas, que van a lo suyo. Que te sonríen, si, jiji, qué majo, qué buena, pero que en cuanto te despistas, zasca, o que por ser bueno y tonto, te vacilan y se aprovechan. 

Que se aprovechan sí, porque en el fondo eres bueno, quieres unas cosas, y al resto no le importan. Porque lo que tú ves de una manera, ellos lo ven de otra, o directamente ni lo ven, no les importa, ya sabes, que no, no, no lo des más vueltas, porque por lo que tú luchas, otros te lo destruyen, poco a poco, y sin que te enteres. Y entonces te surge la duda, de si seguir adelante o parar. De mandar todo a la mierda. Te cabreas, vuelves a no dormir, a darle vueltas al coco, porque el coco te come poco a poco, porque te dices a ti mismo que si no espabilas se aprovechan de ti, de tu modo de hacer las cosas. Porque se ven superiores, y nadie lo debe ser. Porque todos somos iguales, porque tú no les machacas a ellos, pero quizás tienes que pagarles con la misma moneda. 

¿Qué haces entonces? ¿Les retiras la palabra? ¿Sigues actuando igual? Exacto, actuando, ya eres un pelele y no vives tranquilo. Te dices que si haces estas cosas serás un hipócrita. Si cambias quizás se den cuenta, y a su vez te ganarás uno más de esos que llaman enemigo. Ya tienes unos cuantos, si, te das cuenta, que no eres tonto, y casi sin saber por qué. Ellos empezaron, y por querer simplemente estar tú a su nivel, los hiciste de menos, los hiciste perder esa pomposidad y les jode, que les den, te dices a ti mismo, pero así los habrás bajado tus humos. Que tu contrato dirá una cosa y la suya otra, que tendrán más dinero, ventajas y otro nivel de vida, si, pero te preguntas si serán tan felices como tú, pardillo, que con tan poco te contentas, y que a poco más que te den, que hagas, que logres y consigas, servirá para alegrarte y animarte, para disfrutar de cada momento, de esos cafés con quien realmente se lo merece y para poner en tu cara esa sonrisa que no debes perder. 

Sonrisa, si, sonrisa, alegra esa cara, tonto, y pon una sonrisa. Y la pones delante de ellos, sí, de toda la gente, toda, porque no tienes que ocultarla, así que pon una sonrisa, sí, esa, esa, esa que a los gilipollas les jode tanto.

2 comentarios:

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

Los escrúpulos morales, malos compañeros de viaje para triunfar en cualquier cosa.