miércoles, 24 de marzo de 2010

Volando voy, volando vengo

Pasan los días y se suceden los sucesos. Miras el reloj y a veces lo atrasas, otras lo adelantas, y vuelves a regularlo al sentarte en frente del ordenador en el trabajo. Buenas Tino, qué tal? Buenas, buenas, todo bien. ¿Cuándo es el próximo? Pues con día de gracia, qué gracia, de regreso a Lombardía. A mi me enganchas, me voy a Rusia. El otro ya vino de Alemania, pero ¿no te ibas a Holanda? Si, Holanda y Bélgica, pero eso en 20 días. En una semana vuelvo a Pietrasanta.

A mis lectores, abandonados al azar. A la espera de unas crónicas, que a veces tardan en llegar. Folios y folletos con garabatos y apuntes. Señales y tiempos de sueño en buses y trenes. Cabezadas en aviones, contra la ventana antes de despegar, para abrir los ojos y flotar sobre las nubes. El hombre soñó con volar. Mirando por la ventana me parece estar soñando. Abajo rompe el rebaño un pico, un cúmulo de nieve que aún aguanta. Los Alpes y turbulencias de descenso. Aún recuerdo el tiempo de ver mar y mar, y barcos y una Acrópolis sobre millones de casas blancas y sin tejados...

La vida pasa y no sabes qué o quién llegará. Habrá que amarrarse al puerto seco, ya que te sientes más atlántico, aunque bien que te gusta descubrir y vivir el Mediterráneo, garrulo. Tutto bene? Tutto bene amico. Ci vediamo presto. A dopo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me gusta la entrada ;-)

Unknown dijo...

Y cuando te vuelves a ir? Jejeje, se te va a cambiar el ritmo biológico con tanto viaje. Buenas líneas.