domingo, 13 de junio de 2010

Otro dia mas

Pierdes lo que era tuyo o lo que pensabas que tenías. Lo pierdes porque pronto te ves solo, sin nadie, y todo al fin y al cabo pierde su forma de ser. Que se lo digan al Pangea.

La libertad, por ejemplo, ahora que liberan a un preso del régimen cubano (un gesto, al fin y al cabo).

La vergüenza, al ver imágenes de Sudáfrica, ahora que hay Mundial, entre los ricos y los pobres, todos unidos por un balón, pero que unos juegan porque otros los cosieron.

La paz, cuando en un país que ni siquiera sabes que existía surge la guerra y Rusia, que podría hacer algo, anuncia que sólo controlará sus bases militares.

La paciencia, viendo crisis y más crisis, y viendo que todos hablan y hablan pero que nadie hace nada. O pocos hacen poco. O muchos hacen mucho, pero los civiles no lo vemos. Y no tendremos plaza en las arcas…

La virginidad, entre tanta puta y tanto cabrón en los medios de comunicación. Maricones, plastificadas, rumores, me dijeron, te dijeron, denuncias, fotografía, portadas, bisturís, exclusivas….

La cartera, porque o bien alguien te la roba, o porque alguien decidió subir el IVA.

La compostura, porque no hay silla que calme los culos de gente inquieta, con ganas de movida, de huelgas, de reuniones, de viajes, de vivir acelerada… La calma, ¿cómo no vamos a perder la calma?

La razón, porque nadie entiende nada si es que hay algo que entender...

La fe, si es que aún la tenías. Nuevos casos de violaciones, riqueza y opulencia ante un mundo que se sumerge en la pobreza. Cabrones. Rezad y os salvaréis…

La vida. Porque se va día a día, y te pones una y otra vez el pijama, sin darte cuenta de lo rápido que está pasando.

Pierdes todo. No te queda nada. Porque el que nada no se ahoga, a no ser que sobrevivas a la catástrofe de 2012, o eso dijeron los mayas.

3 comentarios:

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

¿Perdiste algo concretamente? Quedo preocupado

Unknown dijo...

Este Oscar me gusta: + crítico y cañero. Good!

Sonia Ducal dijo...

Sin conocer a Tino, te animo a lo mismo, ¡a ser más crítico! ¡Cuéntanos historias, mójate, que sabes hacerlo!