
La unión entre Caja Duero y Caja España estaba hecha. Cerraron sucursales, se jubilaron unos pocos, se fueron otros tantos y al menos el toro se mantenía a flote, como el aceite, así que nunca consiguió una masa que lo hiciera caer al fondo, o coger peso y que no lo llevase la vida a la deriva.
Y en esa deriva estaba, cuando lo unido no era suficiente y ahora se las ve el toro impregnado en el aceite que os dije, boca arriba y esperando que el río lo lleve al desagüe nacional, (o el lugar donde cagaba el pollo): Madrid.
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