miércoles, 6 de abril de 2011

Vendetta

Choca ver el bombo que se da al tema de intervención ahora de la OTAN en Libia, con excusas de derechos humanos, cuando salen unas noticias y se contradicen con las declaraciones de libios que viven el día a día sobre la arena, bajo los cazas, a expensas de una bala. Se habla de proteger al pueblo, y en cambio el pueblo sufre. Sólo hablan de aviones y control en el mar (al menos ninguna patera saldrá hacia Italia), es decir, todos controladitos, los ratones, en su jaula.

Choca ver que la comunidad internacional no interviene en Costa de Marfil. Un presidente que se resiste a salir, un presidente entrante al que no le dejan gobernar pese a ser el más votado con unas elecciones parecidas a la democracia, y una vuelta a los años de guerras civiles y revueltas en países tribales que fueron colonizados, explotados e independizados a manos de gobernantes, armas y contactos occidentales. Quizás no interese también meterse en éste jaleo.

Choca ver que los japoneses vierten no sé cuántos litros de compuestos líquidos químicos y contaminados al mar, y que ya están preparando una especie de dique a la japonesa. Aún así ya hay peces como en los Simpsons, porque haberlos hailos, como cuando todo aquello del “Nunca mais”.

Choca ver que las decisiones y orientaciones de ataques militares, ayudas internacionales, la implicación en el cuidado del medio ambiente, las amistades, contactos… es decir, el devenir de miles y millones de personas, se fraguan en amplios salones, con personalidades con traje y corbata, que degustando un buen manjar, y después de un apretón de manos, deciden, con un traductor en el oído (cosas de Babel y de la Iglesia) apoyar o no una intervención, un envío, una aceptación, una ayuda, una catástrofe…

Choca ver que hoy, a gran escala, haya unos que luchan por derrocar a un rey amigo de los de arriba hasta hace una semana, y enemigo desde ayer. Ahora es malo, malísimo. Otros que luchan porque creen que él, en cambio, es la mejor opción. Hay quien lucha en contra de átomos envenenados que trasforman el ADN de lo que encuentren a su paso. Otros que tratan de encontrar a sus parientes y por saber dónde estaba su pueblo que ha quedado borrado del google maps. Y familiares más al sur, se pelean por los poderes que los ha dado la democracia de los diamantes en tierra de elefantes.

Choca ver como el ser humano en pleno siglo XXI sigue golpeando y peleando por conseguir riqueza de una tierra a la que no ha dejado de castigar y que de vez en cuando, se toma una revancha. Vendetta.