jueves, 9 de enero de 2014

¿Dónde vamos a parar? ¡A tomar po´l culo fijo!


Como desde hace 6 años, llego a España, después de estas fiestas tan señaladas y me encuentro un país desestabilizado. Un país extraño. Diverso. Ya no respondes “Bien” a eso de “¿qué tal por España?”… ni se oye por la calle aquello de “como España no se vive en ningún sitio”, por mucho anuncio de Campofrío que veamos, y por mucho que nos mole Chus Lampreave. ¡Qué mujer! ¡Qué tendera y pescadera en Torrente! José Luis, qué país tan distinto… 

Unos días más por ahí y te quitan la nacionalidad… ¿y dónde voy yo a parar?

Te enteras que Gallardón se carga el aborto, y otros apuntalan que la mujer de Rajoy abortó hace unos años. Hoy mismo lees sobre esto, que te parece casi imposible, como a la Comisión Europea, y el Consejero de Presidencia que hay en tu doble región unida bajo la misma comunidad culpa de lo del aborto a Zapatero. Normal… culpemos de todo a otro, ya vendrá el siguiente y nos culpará a nosotros. Mientras tanto, vivamos el momento, hagamos lo que nos de la gana. 4 años y otros más. Y otra gente, y a aprovecharse… El país se hace más dictatorial. Una mayoría absoluta es aterradora, ya bien para un lado, como para el otro, y en España aún escuece lo de este lado… 

Y entre bromas, pero que no lo son, se preguntan algunas qué pasaría si un día alguien decide eliminar el voto de la mujer… total, estamos llegando a unos niveles que cualquier día uno se levanta de la cama y escucha que la policía registra las oficinas del partido que gobierna y nadie dice nada, que salen de la cárcel presos que no están arrepentidos, lideran equipos de personas sin tener los estudios para ello, pero sí que los exigen a sus trabajadores, y entre todos, a un Rey que ya no es gracioso cuando habla, que ha perdido aquello de campechano, y que nos pretende dar lecciones sobre la legalidad y la igualdad (y mientras tanto permanece la monarquía como si esto fuese la Edad Media). Y solo por nacer, alguien va a tener más oportunidades que yo, pues yo podré ser Ministro, Presidente y Ladrón, pero nunca seré Rey… A no ser que me case con sus hijas, y haya una rocambolesca de que falten unos cuantos antes del número que me asignarían. Entonces aprovecharé el momento, como hace todo el mundo, y meteré el cazo, a ver cuánto cae. A ver hasta donde tenso la cuerda. Y haré bueno al moreno, cuando el rubio del mechón, el amor de toda española para tenerlo como yerno se descubre como un Mr. Hyde que bien pudiera instaurar una nueva época en España. Los republicanos al acecho. Los quitó de en medio entonces una guerra provocada. No queremos ahora guerra, queremos igualdad.

Pero no caerá esa breva, porque alguien avisará antes por las redes sociales de sus propósitos y echarán al traste con la oportunidad que tanto había costado, de trabajo, tiempo, personal, y de dinero. Mamma mia, digno de comedia. De película torpe. No de Thorbe, sino nos darían por el culo, más, y de otra forma, porque la España en la que aterricé ayer no es la que vio nuestro Fari, Torrente.

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