martes, 14 de enero de 2014

Levántate del sofá y muévete



Publicado en DiarioDigitaldeLeon.com el 14/01/14.

Va el asunto de las expulsiones de personas, de esas que llamamos comunitarios, de Bélgica. Y que los 291 españoles expulsados en 2013 nos colocan quintos en el ranking, por detrás de rumanos, búlgaros, holandeses y franceses.

Se fortalece pues, eso que os conté el otro día de que pocos dicen eso de “como España no se vive en ningún lado” y alentados por “Callejeros viajeros”, “Españoles por el mundo” y similares, nos vamos alegremente a probar fortuna. Pero no uno, ni dos, ¡a saco! Creemos que nada más pisar nuestro destino nos ofrecerán trabajo, que conseguiremos una casa fácilmente, y que nos adaptaremos tan rápidamente, que en breve disfrutaremos de una vida placentera junto a una rubia y un cochazo “que apenas uso, porque voy andando al trabajo”…

Lo cierto es que llegar a un país en tu situación de desempleo se vuelve más difícil ahora que tienes 90 días para regresar, porque si no, dejarás de ser español. Si además no has conseguido trabajo, o residencia, países como la citada Bélgica, no te permitirá empadronarte, con lo que pierdes de un plumazo tu condición de españolito, y tampoco tendrás derecho sanitario belga. ¿Y ahora qué haces? Ni español, ni belga… ¿Ciudadano de un lugar llamado mundo? ¿República independiente de tu casa? ¡Pero si no tienes! Si has tenido suerte, habrás conseguido un trabajo y con mucha fortuna podrás escalar. La realidad hace ver que los países que acogen a extranjeros hacen difícil la escalada a los puestos de dirección. Puedes hacer horas cocinando, pero pocos llegan a jefe de cocina. Puedes despachar millones de hamburguesas, pero no habrá apenas posibilidades de ser encargado. Habrás doblado o colgado en perchas miles de camisetas, pero tus oportunidades de ascender se las quedaron los nativos…

En ese plan, ¿lanzarse o no lanzarse al extranjero? Así de primeras es muy complicado. Habrá que retroceder a los años 50, los 60… (como con casi todo) cuando nuestros abuelos se lanzaron a trabajar fuera de España porque unos primos estaban en Suiza, o un vecino del pueblo estaba en Alemania, o un tío había hecho fortuna en Venezuela… tener un contacto al lugar al que vas ayudará, al menos para dormir el primer día, conocer las oportunidades, saber las leyes específicas de cada país y ayudarte a conseguir ese empleo primero y mínimo que te salvará de muchas prohibiciones.

¿Pero por qué irse de España? ¿Cómo hemos llegado a esto?

No tenemos que quedarnos con esta lástima y limitarnos a echar culpas a nadie. O pensar en tiempos mejores. No debemos caer en el victimismo. Tenemos que ser fuertes. Tenemos que dar ese empuje que nos falta. Ese optimismo de que no solo tenemos que esperar a que nos caiga un trabajo. Hay que luchar por él. Vamos a ir a entrevistas diciendo éste soy yo, y es lo que necesitas y no “qué tienes para mí”. Es fácil decirlo, lo sé. Es difícil aplicarlo. También lo sé. Y más difícil conseguirlo, claro que sí, pero desde el sofá, esperando la nueva temporada de Juego de Tronos, enviando wasaps a los amigos, cotilleando lo que hacen otros, o dando me gustas a fotos de gatos en Facebook, no nos ayudará a conseguirlo.

No hay comentarios: