domingo, 25 de mayo de 2008

Un profesor en urbanismo

Cuentas ya con quince días sin entrar por tu blog. Bueno, si, entraste esta semana para ver un comentario de envidia sana y demás que añadieron tras tu último post. Quince días pero no de vacaciones. Nada de eso. Más quisieras.

Querías escribir la otra mañana, pero lo dejaste a medio hacer, porque no salían las palabras y sabes que cuando por el cauce no suben truchas, poco pescado tienes de cena. Y es que tuviste la opción de ponerte a repartir periódicos, sería sentado, en un hall, en una facultad, unas horitas… Sería de leer y estar sentado. Hacer unos carnets y regalar la prensa. Sólo eso. Tuviste que rechazarlo, como el otro de dar charlas sobre drogas y es que llevas en dique seco más de cinco meses, pero una llamada te trajo a la galaxia del titulado universitario, el planeta de las becas, y al país del trabajo. Y así estás ahora, entrando a las 8:00 y saliendo a las 15:00. Con tu tiempo de cigarro (no fumas pero sales a la calle igual) y tus minutos de descanso, café y charlas orígenes. De dónde vienes, qué estudiaste, dónde vives… ya se sabe…

El azar, o la necesidad hicieron que la beca fuese y es en el Ayuntamiento de Villaquilanbre, y la carrera de Maestro no tiene que ver, (como para lo que estoy estudiando) pero mi ordenador flota entre carpetas y fotocopias, archivadores y documentos de la sección de “urbanismo”. Un ordenador aún sin contraseña, si, pero aquí todo va despacio. Un ejemplo: Santa Rita, que me dio descanso en mi segundo día de trabajo. Y es que quien es funcionario, no pierde ya su trabajo, por eso, Santa Rita Rita, lo que se da no se quita.

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