domingo, 1 de mayo de 2011

Tu Ágora de Alicante

Tú, que estabas acostumbrado al mundo de los local training courses, eventos de formación, network meetings y eventos europeos, tuviste que ver por internet cómo se celebraban los plenarios del Ágora de Alicante, ese macroevento europeo que no se celebraba desde 2003 en España (allí nació AEGEE-León). Hace un año habías luchado por que esto cayese en tierra del Hércules y entonces estabas por Leiden, en Holanda, se acababa tu tiempo de responsable para España y Portugal y quedabas elegido representante de Grecia. El volcán islandés hacía pum y tenías que volver en bus. Miraste por la ventana y viste un letrero de desvío para Rotterdam; y en medio de la noche despertaste y preguntaste qué era aquella luz del fondo. Te dijeron: la Torre Eiffel. La siguiente apertura de ojos era en medio de Burdeos. Y a la mañana ya viste el estadio de Anoeta…

La posibilidad de ver a los candidatos presentarse, aguantar la serie de preguntas (mitad de ellas estupideces) y al día siguiente aguardar desde tu conexión pirata, con impaciencia y nerviosismo quién había de formar parte de una comisión, un Comité Director en Bruselas, o el proyecto bandera para los próximos años, te dejaron una sensación de tiempo pasado y un tempus irreparabile fugit desalentador.

Otrora estabas en Chipre presentándote jovencito como candidato. Te hablaban desde el Chair Team, te buscaban los directivos de AEGEE-Europa… Ahora lo veías desde tu casa, y seguías viendo a sempiternos y nuevecitos. Chavales ilusionados como tú hace un par de años, que buscan encontrar en Europa un lugar de desarrollo, un medio para ampliar formación y conocimiento y así crecer como personas. Por la experiencia votaría a todos para que pudiesen hacerlo. La aventura mereció la pena.

En esa estabas sumido en tristeza por ese mundo formativo que bien te gusta, maestro sin colegio, cuando recibiste una llamada en la que te ofrecían ser el ponente para unos temas de juventud en un pueblo a unos kilómetros de León. Tu suerte pareció cambiar. No estás acabado del todo. Pasa página chaval, y escribe una nueva aventura.

No lo dudaste: Si.

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