Una ida de olla fue la del gran Manolo Cadenas en la rueda de prensa de anoche.
Se jugaba mucho en el Municipal de los Deportes de la capital leonesa, allí donde unos días antes Zapatero juntó a los seguidores de su partido para que lo alabasen, evitando un amplio público, (como si quiso Rajoy) que pudiese estropearle la fiesta. Cítense aquí, por agradar a un amigo y explicarle que no soy ni del uno, ni del otro, los autobuses parados en la Virgen del Camino, por contener manifestantes ansiosos de gritar contra el nuevamente Presidente del Gobierno.
Aquel lugar, fue en 2005 el centro de una reunión entre Peñas del Club Balonmano Ademar y su Junta Directiva, por cambiarlo de nombre, y rendir así honores, al técnico de Valdevimbre, que llevó al Ademar de las bodegas del balonmano, a las mesas más selectas del panorama mundial. Un tira y afloja reveló un pequeño malestar entre Junta y entrenador, y dos años más tarde, éste fichaba por el Barça.
Muchos pensamos que Juanín, el más querido, se iba de aquí porque no quería a Cadenas, pero ahora ya sabemos que no quería a otra gente. Así pienso ahora que hicieron muchos otros, además de por dinero, por no seguir en la sombra del virus. Sabemos poco a poco, dónde está el veneno, pero no hay antídoto que lo cure, porque si que es un club enfermo, pero que resiste a la muerte.
Sólo el público, la gente, la afición lo mantiene. Ayer todos lo vimos. Ayer todos nos volcamos contra el Barça (quién me iba a decir), contra los árbitros (ya en el minuto cinco no quedaba nadie entre los seis mil del público sin haberse levantado protestando) contra la propia Federación por poner un partido en lunes… Pancartas, banderas, trompetas, bombos, megáfonos... Las simples voces de cada uno de los aficionados llegaban al parquet. Todos éramos uno, León, y a grito de “Si-se-puede” los jugadores vencieron al equipo de Laporta y salieron de nuevo, aplaudiendo ellos ahora a la grada.
Cadenas, colérico, vio cómo la liga se alejaba, y dio y repartió en la rueda de prensa. Pienso que se equivocó. Felicitó al Ademar y luego azuzó al Presidente, a la Junta… Hoy no hay más radio deportiva en León. Hoy no hay otro tema en el periódico. Una gesta, una victoria de un equipo, de una afición, que se vio ensombrecida por las declaraciones del bueno de Manolo.
Aquello del nombre del Pabellón fue negado en dos ocasiones por el Ayuntamiento, y a mi entender, el propio personaje ha negado la tercera, y cerrado dicha posibilidad. Aún así, yo le seguiré aplaudiendo.
Se jugaba mucho en el Municipal de los Deportes de la capital leonesa, allí donde unos días antes Zapatero juntó a los seguidores de su partido para que lo alabasen, evitando un amplio público, (como si quiso Rajoy) que pudiese estropearle la fiesta. Cítense aquí, por agradar a un amigo y explicarle que no soy ni del uno, ni del otro, los autobuses parados en la Virgen del Camino, por contener manifestantes ansiosos de gritar contra el nuevamente Presidente del Gobierno.
Aquel lugar, fue en 2005 el centro de una reunión entre Peñas del Club Balonmano Ademar y su Junta Directiva, por cambiarlo de nombre, y rendir así honores, al técnico de Valdevimbre, que llevó al Ademar de las bodegas del balonmano, a las mesas más selectas del panorama mundial. Un tira y afloja reveló un pequeño malestar entre Junta y entrenador, y dos años más tarde, éste fichaba por el Barça.
Muchos pensamos que Juanín, el más querido, se iba de aquí porque no quería a Cadenas, pero ahora ya sabemos que no quería a otra gente. Así pienso ahora que hicieron muchos otros, además de por dinero, por no seguir en la sombra del virus. Sabemos poco a poco, dónde está el veneno, pero no hay antídoto que lo cure, porque si que es un club enfermo, pero que resiste a la muerte.
Sólo el público, la gente, la afición lo mantiene. Ayer todos lo vimos. Ayer todos nos volcamos contra el Barça (quién me iba a decir), contra los árbitros (ya en el minuto cinco no quedaba nadie entre los seis mil del público sin haberse levantado protestando) contra la propia Federación por poner un partido en lunes… Pancartas, banderas, trompetas, bombos, megáfonos... Las simples voces de cada uno de los aficionados llegaban al parquet. Todos éramos uno, León, y a grito de “Si-se-puede” los jugadores vencieron al equipo de Laporta y salieron de nuevo, aplaudiendo ellos ahora a la grada.
Cadenas, colérico, vio cómo la liga se alejaba, y dio y repartió en la rueda de prensa. Pienso que se equivocó. Felicitó al Ademar y luego azuzó al Presidente, a la Junta… Hoy no hay más radio deportiva en León. Hoy no hay otro tema en el periódico. Una gesta, una victoria de un equipo, de una afición, que se vio ensombrecida por las declaraciones del bueno de Manolo.
Aquello del nombre del Pabellón fue negado en dos ocasiones por el Ayuntamiento, y a mi entender, el propio personaje ha negado la tercera, y cerrado dicha posibilidad. Aún así, yo le seguiré aplaudiendo.
1 comentario:
no hubo suerte, y el ademar cayó en Kiel. No pudimos llegar a semifinales. Ahora, cadenas podrá demostrar que lo de León sólo fue, como tu dices, una ida de olla.
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