jueves, 22 de noviembre de 2012

Baja de la nube y date un paseo por la calle, Mariano


Publicado en www.diariodigitaldeleon.com el 21/11/12. Savia nueva, Óscar Ronda.

Alardeo de saber poco, pero aun sabiendo, menos entendería. Quizás viva mejor en la ignorancia del becario, como me dice mi compañero de trabajo, y quizás tenga toda la razón.

Ignorantes. Ignorantes debe ser lo que busca el Gobierno. Si no, no entiendo el por qué de tanta reducción en Educación y no en ayudas a Bancos. Si tienes dinero accedes a centros mejor preparados, cualificados y optas a esos másters de universo que dan paso a llevar esmoquin y codearte con los de arriba. Si no, siempre faltará algo. Todo eso a no ser que seas hijo de algún famoso o empresario adinerado, y automáticamente heredarás la tierra entera, sin saber nunca lo que se cuece en las calderas del Titanic.

Enfermos. Recortando los servicios y haciendo pagar ciertas medicinas. No está mal no, pero hay casos y casos. Aquellos que cotizan a la Seguridad Social y ahora comprueban que no les canjean su trabajo por las medicinas que bien pagaron se sienten defraudados, engañados y molestos. Los ricos tendrán acceso a clínicas privadas, con médicos especialistas y habitaciones individuales. Calidad de bienestar. Los demás, apilados en pasillos de Urgencias esperando más de seis horas en que te den el resultado de un maldito análisis de sangre para confirmarte que sí, que estás malo. Eso que ya sabías, por eso fuiste al matasanos…

Con un país en venta, a saber. Que a los pobrecillos que se juegan la vida cruzando en patera y saltando la valla de Melilla o Ceuta los miramos de reojo, esperando que los devuelvan a su país sin mayores miramientos. Que no tienen derechos. Que no son españoles. Ni medicinas ni ná. ¡Fuera! Que vienen a robar o a vender discos y bolsos. ¡Que no! ¡Que nos quitan el trabajo, y mira cómo estamos! Nada. A los ricos, en cambio, a esos que tienen dinero, que pueden comprar un piso caro, les abrimos las puertas, les damos la ciudadanía, les saludaremos por las calles... Les daremos sanidad, derechos, protección. Serán nuestros amigos, y así España será intercultural.

No digo que los anteriores fueran dioses y que todo lo hiciesen bien. Ni que los demás de la oposición llegados al punto de gobernar no hicieran estas cosas, pero Rajoy, Mariano Rajoy, vaya añito nos estás dando. Dicen por ahí que sólo quedan tres, pero vaya ritmo que te marcas. Sólo he hablado aquí de tres ejemplos. Educación, Sanidad e Inmigración. Sólo tres, y un poco por encima. Quizás no quiero ahondar más en cada uno. Quizás no sepa qué más contar. ¿Indignado? Un poco, sí. ¿O mucho? No sé tú, Mariano, pero miro alrededor y veo cada vez más pisos en venta, en alquiler, tiendas que cierran, amigos que emigran, pobres por las calles, viajecitos que te miran pidiendo un euro y se te cae la cara de vergüenza o de pena. ¿Qué está pasando, Mariano? Un año, señor Presidente, un año y está la gente revuelta, España en el punto de mira… Quizás sea momento de sentarse y mirar a España. Dejarse de tanto viaje por el Mundo y sentarse en la Moncloa, su señor Palacio, y ver lo que pasa en España. De darse un paseo por la calle, de acercarse al ciudadano para que no lo vean alejado de toda realidad. Porque usted no está alejado de la realidad, ¿o sí? De un paseo, señor Presidente, baje de la nube y de un paseo. Quizás así se entere que la crisis y los recortes no están donde le dicen o le hacen saber. La crisis está en la calle. Y la crisis la sufren las personas que pasean por ella, que viven en ella. Y esas personas y esas calles son nuestra España.

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