miércoles, 19 de marzo de 2014

Una Iglesia Santa, sí, pero con dos Padres

Siendo el día del Padre... deberíamos felicitar los católicos al Gran Padre, a la Palabra de Dios en la Tierra, al Vos, al Number One, al Blanco entre los Negros y Rojos, al Único… bueno, al que está al mando, porque… es que a ver… no es que haya un Único… ni solo uno de blanco… sino que hay dos… Lo sé, es complicado… Mira… Uno está currando a tope y reformando. El otro, muy mayor, alemán, intentando pasar desapercibido y dándose una jubilación como el mismísimo Dios manda. Para algo es su jefe, ¿no?


Y el otro, el líder, argentino, además, jesuita, recibiendo a presidentes, familias y marabuntas de gente que lo aclaman. Cambiando poco a poco a una Iglesia envejecida y abriéndola a todos. ¡Cae bien este paisano, hombre!. ¡No me digas que no!. Al menos mejor que el otro. Y la Iglesia lo necesitaba. Lo malo, que la sección católica más pura y cerrada no está muy de acuerdo con lo que dice, hace y obra. Por eso tengo miedo de que lo quiten de en medio, como pasó con Juan Pablo I, único Siervo de Dios, solo 33 días como Sumo Pontífice. Ya hace un año que Francisco ocupa el Trono de Hierro, uy, de San Pedro (en qué estaré yo pensando), y esperemos que siga trabajando en la misma línea, y que se lo permitan. 

De momento en España nos quitamos por fin ese líder lastre de Rouco, dictatorial y de mano dura. Es el turno de nuevo del arzobispo de Valladolid, más afín a la manera de trabajar que fluye desde el Vaticano.

Aun así no cambio de idea, a mí no me engañan más. La Iglesia ha de cambiar mucho para adaptarse al tiempo actual y pedir muchos perdones por todo lo que ha provocado. Refundarse. Adaptarse. O morir. ¿Que Francisco está provocando un cambio? Estupendo, pero no se cambia de la noche a la mañana, o en los años de pontificado de un puñado de Papas. Pero por algo se empieza.

No hay comentarios: