viernes, 6 de octubre de 2006

Tarde de toros

Hoy fui a los toros. No es que me entusiasme mucho el asunto de ver cómo humillan a un animal, pero de vez en cuando no viene mal ser partícipe de ésta "Fiesta Nacional". Lo cierto es que pese a la manifestación de la puerta contra las corridas de toros, y pasada por agua, como manda la historia de éste día festivo, se celebraba en León la Feria de San Froilán, patrón nuestro y de Lugo, y se vivió una tarde lluviosa pero expléndida para ver toros. Todo hacía presagiar una buena entrada al coso, con las pantallas de la Sexta, ese canal de Emilio Aragón nacido de la nada, y del que hablaré otro día, pero lo cierto es que con precios que iban desde los 6 euros en grada, hasta los 40 euros en la barrera y en sombra, no acabo de entender ésto siendo una plaza cubierta, la plaza no llegaba ni a la mitad de su aforo. Con lo cual y pese a la lluvia que golpeaba bruscamente la cúpula de "La plaza más bonita de España" o así rezan los carteles, todos estábamos sentaditos en nuestros asientos azules, observando cómo un toro malo, retirado tras la muestra del pañuelo verde, y otro casi medio, pero que se dignó a dejar cojo al "caballo de matar" de Rui Fernandes tras escapar éste de una caída segura junto a la barrera del tendido 7, provocaban suspiros y bostezos en la capital leonesa. Abucheos para ambos, toro y luso, que venía con cartel de rejoneador triunfante sacado por la Puerta grande de Madrid y la Puerta del Príncipe de Sevilla, pero es que su rejoneo no se entiende en León, donde estamos más predispuestos a corear "ole, ole" a golpe de capote. Y no es que hubiera muchos más oles ésta tarde, pero Eugenio de Mora, el de Toledo, arrancó una sóla oreja y nuestro Javier Castaño cerró la tarde con dos orejas de un morlaco de 598 kilitos... que sumadas a la única de su primero, le alzaron con el triunfo en la Feria de San Froilán, como ya hizo en la pasada feria de San Juan aquí en su tierra. No habría más que reseñar, además de que la banda de música apenas tocaba y recibía gritos de la gente y frases como "¿habeis venido a tocar o a ver los toros?" y una peña naranja, seguidores del Fandi, pese a que su ídolo no estaba en el cartel, amenizaba el tiempo entre toro y toro con su peluche de corazón gigante y colores de la bandera española con toro en el centro, por supuesto, una charanga, unos bocadillos y una bandera de León y un no parar de reir, comentar y llamar la atención. Unos amigos, que se lo pasaron mejor que el resto del respetable, que entre un par de mantones que colgaban en el ruedo, un Presidente de la Plaza rácano en sus decisiones, y un público temiendo la lluvia del exterior, marchó engañada por un cartel que decía "Gran corrida de toros, con 6 bravos toros, señal despuntada en la derecha y divisa azul y blanca, de la ganadería de Sánchez Ybargüen..." Aunque ahora pienso yo... a ver si me confundí...

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