lunes, 2 de julio de 2012

Sube la mano y grita gol



Sube la mano y grita gol, ohhh ohhh ohhh… ¡pamplinas! Otra vez todos volcados con un equipo nacional de un deporte que eclipsa todos los demás. ¡Qué pena! Campeonísimos con el fútbol sala, el balonmano, el atletismo… no provocaron todo esto… y apenas salieron en prensa… Ahora, ale, otra vez todos animando a unos jugadores que dicen sentirse tan españoles y que juegan por todos nosotros, pero que evadirán los impuestos sin compartirlo con nosotros, con los mineros, con los de la Isla del Hierro que este año perdieron todo el turismo… o con los de Lorca que aún siguen sin casa…
Que si el beso de Casillas a Carbonero, que si el manteo a Del Bosque, aquel codazo de Tassotti ¡vendetta! Farándula pura y dura. ¡Cómo nos gusta! Y en las calles, jolgorio, fiesta, cervezas y jaleo. Todos cantando eso de yo soy español, español, español… ¿y mañana qué? De nuevo al parqué y a ver subir la prima de riesgo. ¡Es verdad, que estábamos sumidos en una crisis profunda! ¡Y un rescate bancario! A inundarnos con palabras de la Merkel, con alabanzas a Hollande. Con biscotto entre Monti y Rajoy… Aparecerá de nuevo Urdangarín en prensa. Otra más de Urdangarín y su socio. Y la Infanta, que aunque la quieran apartar, está embrolladísima ¡Qué asco! Tendremos más sobre ETA, sobre la última subida del gas, del butano, de la luz… de la gasolina… Más accidentes en la operación salida, casos de corrupción, de violencia de género… Mañana volveremos a prestar atención a las pateras, que no han parado de llegar y a la guerra de Siria, que sigue sumando víctimas. Mañana, cuando ya no haya fútbol, atenderemos a los Juegos Olímpicos, esos de 2012 con los que tanta guerra nos dieron desde Madrid. Esos Juegos que aumentarían las diferencias entre las grandes ciudades y las que seguimos siendo las huertas, campos de ganado y pueblos de turismo rural de Madrid. Eso que llaman provincias. Mi León.
Mañana todos hablarán en el café de los posibles penaltis, del gol de un Torres que no hizo nada pero que se lo encontró. Con preguntas de por qué no habrán jugado Mata, JuanFran o Llorente. De por qué no habremos llevado a Soldado. O quizás nadie echará de menos a Villa y a Pujol. Y poco a poco desaparecerán las banderas de los balcones, de las antenas de los coches. Y dentro de un tiempo, todo habrá cambiado tanto, que aquel que se resista a retirar la roja y gualda, será ya un facha. Un pepero. Un pasado de moda. Como si España sólo fuese fútbol, y el fútbol el único deporte de España.
crisis Sube la mano y grita gol

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