jueves, 21 de enero de 2010

La tapia leonesa

Una fachada que siempre se cae y vuelve a levantarse escribía ayer medio dormida unos asuntos sobre la universidad. No es que tuviese mucho pie lo que decía, pero me llamó la atención no su crítica a la ULE, sino la rabia con la que cargaba contra unos que habían chocado con ella. Ésta ha debido de quedar algo derruida, pero ya están atizándola con el Plan E para hacerla algo más sólida, y eso que mucho critica a las nuevas flores, como también golpea a ladrillazos en campo de tiro a otras aves que tratan de aprender a volar. Ayer mismo pegó a un ave mona, ironizando con la comparación a su pared.

Una buena sombra que toma cafés y aguas, cocacolas sin burbujas, cucharas de amplio mango al efecto, y ajedreces de mucho pensar, conmigo, me había indicado varias veces sobre unas cargas militares que mantuvo esta pared, que da igual decirla so que arre, que darla de escayola como querer empapelarla, que todo queda al aire y a luz vista. Pero al rato, vuelve a caer aquí tu pelota.

Otro día, jugando con una pelota, valga la metáfora, y redundancia, volví a acercarme a esta tapia… ¡y coño, qué tapia! ¡Más parece una alambrada enroscada de la ONU en tierras chipiotas!

Hoy, por el hecho de haber mandado el jefe de obra a dos operarios a recoger unas hierbajas y no a presentar ese muro, se libra de lanzarle tiestos, ya verás mañana…

No hay comentarios: