viernes, 15 de enero de 2010

Siempre hay agua bajo el hielo



Decían que los pantanos tenían poca agua, y la verdad, la tenían, quiero decir, que no la tenían...

Mira, es una de las pocas cosas que cuando las dicen, te las crees, y da igual donde las leas o quién te las diga, porque lo sabes tú y punto, porque pasas con el coche por el puente en miniatura de "San Francisco" en los Barrios de Luna de León, conduciendo hacia Asturias, y la veías, quiero decir, no la veías.

Esto de haber y no haber, y de ver y no ver, y poder o no beber puede ser un cuento. Te cuento. Pongamos que el rey de un reino (por eso es rey), prohíbe beber agua a sus súbditos. Los plebeyos esperan impacientes la llegada del nuevo agua, y mientras, el rey se va de copas con unos bastos sin espada, gastando unos oros a un imperio muy lejano. El rey vuelve alardeando de su viaje y con quien estuvo, pero el gobernante de su reino sigue son traerle el agua esperada. El rey, enfadado, arremete contra el gobernante y éste no le escucha, haciendo valer su poder real sobre el rey. El rey se esconde bajo la nieve, asustado, y descubre por fin la verdad, pues ahora ha aprendido que quien gobierna realmente no es el rey, sino las mujeres.

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