jueves, 19 de enero de 2012

Christine… ¡oh, Christine!


Christine Lagarde es una de esas mujeres con poder, rubia pero alta, y aún con más poder que “ella” y aunque no tiene un “palacio” seguro que tiene un rascacielos. Christine es de esas que lo que dicen va a misa, y que un gesto suyo da la vuelta a algo más que a la prensa local de una capital de provincia: ¡Va al mundo!.

Christine saltó a la fama después de un escándalo de su predecesor, un lío de faldas, camareras, y periodistas. Un hombre con nombre altivo, de gesto rudo que lo condujo a estar encarcelado en su propia casa.

Christine dice “ya” y ya está hecho. Ella es diferente, ella se codea con la alta gama, la gran esperanza del pueblo llano, medio y alto y ella es la única con poder sobre los líderes de Europa. Ella es única, pues sólo ella es tan alto cargo. Christine está por encima de Zapateros y Salgados, diría más, por encima de Zarkozys y de Merkels, ya ni te cuento de Papandreus o Berlusconis. ¡Uhh, dónde estará ya Papandreu…!

Si Christine exige, todos lo hacen. Si ella reclama, al poco lo tiene. Christine tose, y las bolsas bajan. Toma aire, y el Ibex sube.

Christine ahora mismo decide cuánto dinero hay en el mundo. Cuánto ha de hacerse por salvar a países pobres, cuánto han de prestar los países ricos. Qué hacer con los de crecimiento 0%.

Ella es la jefa de éste mundo capitalista, directora de un Fondo de dinero, que en esta era en que vivimos, o resurge de sus números rojos, o hará revivir a la momia de Lenin.

Christine hace pero apenas sale en la tele. Se oculta detrás de la Merkel, se esconde ante la pompa gala en encuentros mundiales. Ella hace, dirige y ordena, pero en la sombra, como el también canoso Palpatine.



Fuente: Mi espacio de opinión semanal "Savia nueva" en el digital cronicasdemibarrio.com http://www.cronicasdemibarrio.com/categorias/cronics/savia-nueva/












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