Es muy fácil decir eso de “con la Iglesia hemos topado”. Casi parece un tópico, pero ¡ay, cuando nos damos cuenta de que el tópico se convierte en realidad!
Benneton, esa marca textil italiana que lanza de vez en cuando campañas que te chocan, siempre jugando con la interculturalidad, propone ahora una en la que líderes mundiales se besan invitándoles a ellos y a los habitantes del mundo a combatir la cultura del odio.
¿Qué es el odio entonces?
Supongo que lo que ha sentido el Santo Padre al ver su imagen dándose el lote con Ahmed Mohamed el-Tayebimán, el imán de la mezquita Al-Azhar de El Cairo. Pero entonces… si el líder de los cristianos católicos siente odio por ver su imagen en carteles ya expuestos por todo el mundo. ¿Qué imagen ha de trasmitir a sus creyentes? De amor, hermanos. De amar al prójimo como a ti mismo, de desear tu buena fortuna al vestirte de blanco impoluto que no virgen, de tener todo lo que puedes desear, y que un buen puñado de abogados lucharán por que tu imagen se elimine, evitando así que todos veamos cómo un montaje puede hacer que el líder de la Iglesia de San Pedro se tambalee sobre el papamóvil. Un hecho, el de gastar ese dinero en juicios en vez de donarlo a los niños que mueren cada minuto y segundo en el mundo, crea en mi un odio. Un odio intenso. Un odio que inmerso en la sociedad actual me alejan a mí y a ti, seguro que al otro también, más y más de la Iglesia de los doce.
No hay crisis en el Vaticano. Allí se obra por ¿buena? voluntad y un sentimiento hacia el mundo. Será lo que quiere Dios…
Fuente: Mi espacio de opinión semanal "Savia nueva" en el digital cronicasdemibarrio.com http://www.cronicasdemibarrio.com/categorias/cronics/savia-nueva/
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